“El puente vale callampa hueón, lo podría haber mostrado todo aquí, el puente vale callampa”. Así explotó la polémica en enero de 2011, cuando una conversación informal entre el ministro de Defensa Jaime Ravinet y el diputado Ricardo Rincón (DC) se coló en los micrófonos de la Comisión de Defensa de la Cámara.
Acudió a dicha instancia parlamentaria para explicar la millonaria compra del puente mecano más largo de sudamérica, de 1.35km, que costó 16 millones de dólares y fue financiado por fondos militares asociados a la Ley Reservada del Cobre.
En ese entonces, la transacción fue puesta en entredicho por la firma británica Mabey Bridge Limited, que reclamaba que su oferta era 2 millones más barata que la propuesta norteamericana que ganó, lo que empujó al Consejo para la Transparencia (CPLT) a pedir más antecedentes sobre la compra. Pero en su momento el propio ministro defendió que no podían dar a conocer todos los datos sobre los procesos de compras militares y que el CPLT tampoco tenía facultades para requerir esa información.
Con todo, en junio de ese mismo año el puente entró en funcionamiento como una alternativa a la complicada conectividad con San Pedro de La Paz (y toda la Provincia de Arauco) que dejó el 27F. El puente Juan Pablo II, la principal vía para camiones en ese entonces, quedó completamente fuera de servicio la noche del terremoto. Y el derrumbe de un tramo pequeño del Puente Llacolén, en el lado de Concepción, redujo su capacidad de 4 pistas a sólo 2 mientras era reparada esa parte de la estructura. Por lo que el nuevo puente fue vital para el transporte de carga, más que para descongestionar San Pedro de La Paz.
En paralelo, comenzó a ser construida la pista poniente del Puente Bicentenario. A un costado del Mecano. Inició sus operaciones en octubre de 2014 y quedaron funcionando en conjunto. Tras cinco años, la estructura provisoria fue desmantelada a inicios de 2017 para arrancar los trabajos para el puente definitivo sobre los mismos cimientos que se emplearon de emergencia.
Previo a desmontarlo, el intendente de ese entonces, Rodrigo Díaz, anunció una decisión salomónica: la estructura -de 34 partes- iba a ser repartida en 21 comunas de la región del Bío Bío. Ñuble se quedaría con 7 puentes; Bío Bío con 10; Arauco con 8; y Concepción con 6. En particular, se determinó que el beneficio fuera otorgado a comunas con evidentes problemas de conectividad y, principalmente, con puentes en mal estado.
Entre ellas figuran Alto Bío Bío, Cañete, Yumbel e incluso San Pedro de La Paz. Esta última, si bien no tiene un puente dañado, sí requería una solución rápida para habilitar una tercera pista en la Ruta 160, en el sector de Los Batros, donde se mantiene parte de la estructura hasta la actualidad.
No obstante, los problemas persisten. De acuerdo al diputado Manuel Monsalve (PS), algunas localidades de la Provincia de Arauco y Bío Bío, a la fecha, aún no reciben su parte. Pese a que el parlamentario ha oficiado en dos ocasiones al Ministerio de Obras Públicas (MOP) por la situación, acusó -en conversación con BioBioChile- que en la primera instancia admitieron demoras en el traspaso de la estructura desde el Ministerio de Defensa al MOP. Y en la segunda apuntaron a que se necesitaban equipos especializados que no tenían los municipios para ejecutar la instalación en sus respectivas comunas.
“En realidad nunca se ha pedido que los municipios instalen los tramos del puente mecano. Se estaba pidiendo que lo hiciera el MOP. Han habido excusas para algo que me parece una falta de diligencia que perjudica el desarrollo de la región. Hay muchas comunas que están esperando para resolver sus problemas de conectividad”, como Yumbel, Quilleco y Curanilahue, las que hasta la fecha siguen sin solución.
“Nadie entiende con mucha claridad por qué si están disponibles los tramos cuál es la dificultad para poder proceder a instalarlos”, advirtió.
¿Y el puente definitivo?
Mientras tanto, tras el retiro de la estructura provisoria, aún está pendiente el término de las obras definitivas sobre el río Bío Bío. Tras una visita inspectiva en diciembre, el Gobierno aseguró que el Puente Chacabuco -inicialmente llamado Puente Bicentenario- estará operativo en marzo de 2020, ocho años después del inicio de su construcción y diez años después del terremoto que azotó la zona central del país.
Sin embargo, no estará terminado del todo. El puente quedará en funcionamiento, pero sólo estará conectado a la avenida Costanera y apenas permitirá acceder al centro penquista mediante la avenida Esmeralda, una vía que hace años se encuentra sobrepasada en su capacidad y que conecta con avenida Víctor Lamas.
De esto modo, el puente seguirá -probablemente por algunos años más- sin cumplir su objetivo central: entregar un acceso alternativo al centro de Concepción mediante avenida Chacabuco, cuyo retraso se ha generado por la lenta reubicación de los vecinos de la histórica población Aurora de Chile, que se encuentra entre la salida del puente y la línea férrea.
Durante la última década, se dio curso a distintos proyectos habitacionales para desplazar particularmente a las familias que se encuentran sobre la vía que se pretende construir para completar el trayecto. Y si bien ya no deberían quedar personas habitando ese tramo, el seremi de Vivienda, James Argo, admitió a fines de 2019 que aún quedan “alrededor de 5 ó 6 vecinos” con quienes están “trabajando para incorporarlos en un proyecto habitacional”, que hasta ahora considera la radicación de 135 vecinos que aún viven en el sector.
En concreto, la conexión del viaducto se realizará por una vía elevada, y recién en mayo de 2020 culminaría la ingeniería de detalle de ese proyecto, de acuerdo a lo señalado por la Seremi de Obras Públicas.
Bajo dicha estructura se construirá un parque que, en su primera etapa, incluye obras desde la plaza Bicentenario en dirección hacia Chiguayante.
Con todo, terminada o no, la obra sigue sin aportar a descongestionar las colapsadas vías de San Pedro de La Paz, que hace más de 10 años pide a gritos alternativas viales a raíz de su descontrolada explosión inmobiliaria.
Mientras tanto, el puente industrial, que conectará Los Batros (entre Boca Sur y Candelaria) con Hualpén, sigue sin iniciar sus obras, pese a que las autoridades habían anunciado que comenzaría a construirse en 2019.
Se espera que éste ofrezca alternativas a la comuna conectándose a la vía costera y a la anhelada ruta a pie de monte, sacando de San Pedro de la Paz más de 7.000 camiones que actualmente se trasladan por sectores donde viven unas 40.000 personas.
Al parecer, según admiten algunas voces, Ravinet tenía razón.