Preocupación internacional ha causado el nuevo brote de coronavirus que ya ha matado a 18 personas en China, provocando reuniones de emergencia en la Organización Mundial de la Salud.
En dicho país las autoridades ya han suspendido las celebraciones del Año Nuevo Chino en Pekín y se ordenó que ningún avión o tren abandone Wuhan (de 11 millones de habitantes), el foco de la epidemia que desde diciembre infectó a más de 500 personas.
Testigo cercano de esto ha sido Ignacio Araya, chileno que cursa hace casi tres años un doctorado en relaciones internacionales en Wuhan, donde todo comenzó, pero que tras el brote logró salir de la ciudad antes de que fuesen cancelados los vuelos.
“El proceso fue muy repentino” relató a Podría ser otra cosa, pese a que “existían rumores desde antes del 31 de diciembre de que había un virus en la ciudad”. Después de dicho día, el 1 de enero las autoridades cerraron el mercado de mariscos, tras lo cual el fin de semana el brote tomó fuerza.
“Empezó la preocupación de todos los residentes de la ciudad e inmediatamente las autoridades comenzaron a solicitar la implementación de medidas del tipo lavarse bien las manos, utilizar alcohol gel, utilizar mascarillas, y solicitaron que no saliéramos de la ciudad”.
Hasta entonces, “no había suficiente evidencia para confirmar que la transmisión se podía hacer de persona a persona”, lo que eventualmente cambió.
Avión a Bangkok
“Yo estaba por quedarme”, concedió, explicando que cambió de parecer por su familia, que se encuentra en Concepción, dado que no quería que tengan que recibir la noticia de que la ciudad se cerró y él quedó atrapado dentro.
Por ello, “tomé el último avión que salía de la ciudad de Wuhan a Bangkok, y llegando leo las noticias y dicen que cierran el aeropuerto”.
El virus, de la misma familia que el SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo), alcanzó ya varios países de Asia e incluso llegó a Estados Unidos. Vietnam y Singapur son los últimos que acaban de anunciar casos en su territorio.
“En este momento estoy evaluando bien quedarme acá por unos días más y evaluar cómo se desarrolla el virus en China, y cómo se desarrolla acá en Tailandia porque el virus llegó también hace unos días”, explicó.
De la distensión al temor
La situación tanto en China como en el resto de Asia ha ido cambiando durante el último mes, según lo retrató Araya. “Como hay vacaciones en este momento y el Año Nuevo Chino es en un par de días más, había un estado de ánimo más bien de desconexión con lo que estaba pasando en la ciudad, por lo tanto era más bien un clima de vacaciones”, dijo.
El brote del virus fue entonces una “sorpresa que explotó en la cara, pero a pesar de eso las autoridades han manejado relativamente bien la situación, considerando lo que significa manejar una ciudad de 10 millones de habitantes”.
La cepa es un nuevo tipo de coronavirus, una familia que cuenta con una amplia gama de virus que pueden provocar enfermedades benignas en el hombre como el catarro, pero otras más graves como el SRAS.
Más allá de las fotos y videos que han circulado de la situación en Wuhan, “puedo constatar con amigos allá que hay gente que va a los supermercados, que hace compras de pánico, que van y tratan de adquirir mayores productos porque no saben cuánto tiempo más va a durar esta situación”.
Tailandia bajo alerta
A Tailandia también ha llegado el virus, por lo que “se puede percibir el uso de mascarillas, están conscientes”
Al llegar, “primero al aterrizar en el aeropuerto nos llevaron a un lugar para tomar la temperatura y chequear”, tras lo cual “pasamos por policía internacional e ingresamos al país”.
Desde ahí ha evidenciado que “hay un estado de alerta, indudablemente, especialmente en Asia que es mucho más fácil el poder contagiarse de este tipo de virus”.
La mayor preocupación se da porque durante el Año Nuevo Chino las personas “salen de las ciudades grandes como Beijing, Shanghái, y al salir obviamente hay congestión, más gente que está aglomerada y las posibilidades del contagio del virus es mucho mayor”.
“Yo estoy tranquilo, si bien fue un poco estresante al salir de Wuhan, el tener que llegar hasta acá, la verdad es que obviamente estaba súper complicado con eso, pero ahora estoy más tranquilo, esperando también ver cómo evoluciona”, expresó.
Con esto en mente, explicó que “para ser muy honesto, yo tampoco sé si estoy con el virus o no, y consideré venir a Tailandia en circunstancias en que aquí ya existía el virus, por lo tanto más bien lo que no quería era estar en Wuhan (…) pensando en mi familia”.
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