Miles de personas han salido a las calles en las principales ciudades del país, en medio de una crisis que inició como una pequeña chispa con el alza en la tarifa del metro capitalino, pero que se acrecentó en un estallido de descontento social acumulado durante décadas, que ha llevado al país a un estado de emergencia donde incluso se han registrado muertes en medio de incendios y disparos de militares.
La mayoría de los manifestantes pertenece a una generación que no vivió en carne propia la dictadura de Augusto Pinochet, y que no muestra mayor temor ante los uniformados que han salido a las calles durante los toques de queda.
Y si bien también se han registrado actos vandálicos -como saqueos y quemas de tiendas comerciales, principalmente supermercados-, lo cierto es que las marchas han sido multitudinarias tocando cacerolas, entonando cánticos en un ambiente festivo, donde lo que se celebra es el levantamiento de miles de chilenos.
Entre las demandas se repiten un mejor acceso a la salud, lo que incluye los altos costos en medicamentos, pensiones, donde se pide el fin de las AFP (Administradoras de Fondos de Pensiones), los bajos sueldos, educación pública para todos y, fundamentalmente, terminar con la desigualdad social.
PS y PC se restaron de reunión en La Moneda
Cuando ya se cumplen tres días con las principales ciudades en toque de queda, el presidente Sebastián Piñera comenzó a jugar la carta política para intentar acallar las masivas protestas ciudadanas con un acuerdo social. Pero los principales partidos de oposición le dieron la espalda y en la calle las revueltas -que suman 15 muertos- mantuvieron su intensidad.
El Partido Socialista (PS), el Frente Amplio y el Partido Comunista se abstuvieron de participar en la reunión convocada por Piñera para buscar un acuerdo social.
“Nosotros creemos que el diálogo es indispensable y urgente, pero debe ser un diálogo abierto y nosotros creemos que el llamado del presidente no cumple esas condiciones”, afirmó Manuel Monsalve, jefe de bancada del PS, que gobernó durante tres períodos tras el retorno a la democracia en Chile, en 1990.
En cambio, la opositora Democracia Cristiana (DC) y el Partido por la Democracia asistieron a la reunión. A su término, sus respectivos líderes afirmaron que plantearon a Piñera el retiro del Congreso de una reforma tributaria y otra de pensiones, “insuficientes” para responder a las demandas sociales. También reclamaron levantar el estado de emergencia y el toque de queda.
No hay propuestas concretas de solución a las demandas ciudadanas
Pero aparte de esto, es difícil encontrar alguna otra propuesta concreta que busque salir de la crisis institucional en la que está el país, respondiendo a las demandas reales que motivan las masivas manifestaciones.
El presidente del Partido por la Democracia, Heraldo Muñoz, indicó que además de congelar el alza de la tarifa de transporte, hay que frenar el alza de la luz, agua y servicios públicos.
Además, agregó que la reintegración tributaria que planteaba el gobierno en la reforma, murió.
“Hoy día, mas allá de haber frenado el alza en las tarifas del transporte, hay que frenar también las alzas de la luz, del agua, de los servicios públicos. Queremos decir que la reintegración tributaria murió, y que hay que utilizar esos recursos para invertir en los cambios sociales que son necesarios”, opinó.
El presidente del Senado, Carlos Montes, indicó que hay que enfrentar la desigualdad de los sueldos, por el lado del salario mínimo, como también de las altas dietas parlamentarias y del sector público, agregando que están dispuestos a bajarse el sueldo.
Por su parte el senador Guido Girardi agregó que debe haber un nuevo foco en la política y que retirarán el proyecto de reintegración del Gobierno, buscando aumentar los impuestos al 1% más rico del país y también plantearán aumentar un 25% las pensiones.
Oficialismo pide cambio de gabinete
Desde el oficialismo, por su parte, el diputado de Renovación Nacional, Leonidas Romero, se mostró dispuesto a apoyar una serie de medidas para dar término a la crisis que ha vivido el país en los últimos días, incluyendo la reducción de la dieta parlamentaria y un cambio a la Constitución Política de Chile.
A través de un comunicado, el parlamentario por el Bío Bío enfatizó que es necesario terminar con la “corrupción, la colusión, los constantes abusos de las AFP y las Isapres, bajar el precio de los medicamentos”.
Asimismo, se mostró dispuesto a trabajar lo que “sea necesario” para reducir no solo la dieta parlamentaria, sino que también los sueldos de algunos “funcionarios de nuestro Congreso, del presidente, ministros, de los directivos y ejecutivos de empresas públicas y terminar con los sueldos vitalicios para expresidentes”.
En esa línea, el también diputado por RN, Andrés Celis, apuntó al gabinete de ministros asegurando que todos deberían dar un paso al costado, como una señal frente a la ciudadanía.
“Todo el Gabinete debería poner su cargo a disposición del Presidente de la República, hay caras que hoy incomodan a la gente por sus desafortunadas declaraciones y nula capacidad de gestión, eso sería una evidente señal de autocrítica”, indicó a través de su cuenta en Twitter.
Asimismo, el diputado de la UDI, Iván Moreira, también disparó contra el gabinete señalando que “así como no hay credibilidad para el mundo político, tampoco hay credibilidad para autoridades de Gobierno”.
“Tenemos que dar una señal de que este segundo tiempo de unidad y patriotismo (…) debe hacerse con nuevas caras y eso significa que el Presidente debe evaluar un cambio de gabinete”, sentenció.
El plan Landerretche
Pero más allá de las frases, un solo plan ha surgido en redes sociales. Se trata de una propuesta que ha hecho el expresidente del directorio de Codelco, Óscar Landerretche, con un pacto de desescalamiento que involucra al Gobierno y a la oposición.