La tarde de este martes se confirmó que Felipe Salaberry (UDI) renunció a su cargo como subsecretario de Desarrollo Regional.
Lo anterior, tras la polémica que generó un reportaje de Radio Bío Bío, investigación que dio cuenta de una violación a la Ley de Tránsito, un altercado con un fiscalizador de Ñuñoa y las posibles presiones que su hermana Iris habría ejercido desde el mismo municipio para anular la sanción en su contra.
De acuerdo a fuentes de La Radio, Salaberry presentó su renuncia alrededor de las 17:30 horas de esta jornada, tras lo cual el Gobierno emitió un comunicado en el cual anunció que será María Paz Troncoso quien reemplazará, temporalmente, al ahora exsubsecretario.
En el mismo escrito agradecieron la labor de Salaberry durante el periodo en el que estuvo en el cargo.
A continuación puedes leer el comunicado
Presidente Sebastián Piñera acepta renuncia del subsecretario de Desarrollo Regional
Santiago, 01 de octubre de 2019.- El Gobierno de Chile informa que ha presentado su renuncia al cargo el subsecretario de Desarrollo Regional, Felipe Salaberry Soto, y ésta ha sido aceptada por el Presidente de la República.
Nuestro Gobierno agradece y valora su aporte y entrega como subsecretario, llevando adelante las tareas y objetivos encomendados durante este período.
Esperamos que a la brevedad posible puedan esclarecerse los hechos que lo han afectado y son de público conocimiento.
Asumirá como subsecretaria de Desarrollo Regional, en calidad de subrogante, María Paz Troncoso, jefa de la División de Desarrollo Regional de la Subdere.
“No me voy”
Hasta esta mañana, el mismo Salaberry había negado tajantemente los rumores que daban por hecho su salida de la Subdere e incluso desmintió, a través de un mensaje a miembros de su partido, a diputadas de Renovación Nacional que así lo habían afirmado tras una comida con el presidente Sebastián Piñera la noche del lunes.
Pero las polémicas no solo lo afectaron a él y salpicaron a Iris Salaberry, quien fue desvinculada del municipio de Ñuñoa tras otro reportaje de nuestra Unidad de Investigación, la que dio cuenta que la diseñadora de vestuario cobraba coimas a emprendedores locales para poder participar de ferias comunales.
Su despido fue confirmado por el alcalde Andrés Zarhi en conversación Bío Bío la tarde del lunes.
En el contacto, la autoridad pro RN detalló que debió firmar un decreto que selló la ruptura del contrato a honorarios que mantenía la mujer con la casa edilicia ya que esta no presentó su renuncia al cargo.
Desde La Moneda la postura sobre este caso siempre fue la misma: el subsecretario siguió en su puesto tras la publicación del reportaje y el Ejecutivo aseguró de manera sistemática que la Justicia debía pronunciarse al respecto.
El viernes, fue el ministro del Interior, Andrés Chadwick, quien se encargó de reiterar el apoyo a su figura y quien confirmó que la única solicitud que se le hizo fue que colaborara con los tribunales para que todo se esclareciera a la brevedad.
Salaberry, exdiputado, exconcejal de la misma comuna donde se registró el incidente, exsecretario de la UDI e ingeniero comercial de la exuniversidad Real también acuñó el respaldo de la presidenta de su partido, la senadora Jacqueline Van Rysselberghe.
La legisladora fustigó el hecho que el Ministerio Público abriera una indagatoria por el presunto tráfico de influencias, dado que Iris fue acusada de haberse contactado con la central de comunicaciones del municipio y haber pedido información del fiscalizador que habría sido insultado por su hermano, y lamentó que el órgano persecutor chileno sea, a su juicio, “el brazo armado de la izquierda”, lo que le valió críticas incluso desde el interior de Chile Vamos.
Tras conocer acerca de su salida, el diputado Andrés Celis (RN), que ya había dicho que la senadora debía disculparse por sus dichos contra la Fiscalía, destacó que lo dicho por Piñera la noche del lunes había sido cierto y llamó a Van Rysselberghe a controlar sus declaraciones.
Desde la oposición, el diputado Leonardo Soto (PS) dijo pensar que la continuidad de Salaberry en el cargo era, simplemente, insostenible.