Las omisiones del subsecretario Felipe Salaberry que revela su comunicado de prensa

26 septiembre 2019 | 12:57

Luego que la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío revelara que el actual subsecretario de Desarrollo Regional, Felipe Salaberry, se pasó tres luces rojas e insultó a un funcionario de seguridad ciudadana de Ñuñoa, sumado a que su hermana intentó evitar la infracción, el Gobierno reaccionó manteniéndolo -por ahora- en su cargo.

La situación se generó tras un rápido análisis que se desarrolló en La Moneda y que llevó a la cuestionada autoridad a asegurarle al Presidente de la República y al equipo político que todos los hechos son falsos.

La situación también se plasmó en un comunicado de 5 párrafos en los cuales Felipe Salaberry negó el altercado con el vigilante municipal y que se haya pasado tres semáforos rojos.

Lo que no aclaró el inquilino de La Moneda es por qué su hermana Iris Salaberry, funcionaria de la Municipalidad de Ñuñoa, llamó el mismo domingo 25 de agosto, a minutos de que ocurrieran los hechos, a la central de comunicaciones para obtener la identidad del fiscalizador. Esta información consta en el informe preparado por el Departamento de Seguridad de Ñuñoa y enviado al Segundo Juzgado de Policial Local, junto al parte y la fotografía del vehículo que manejaba el subsecretario.

En dicho documento, se describe cómo fue el altercado:

“¿Qué querí hueón?” (sic). “¡Ándate a la mierda, qué te creí paco c…!”. Y siguió: “¡Ándate a la conchetumadre! ¡No sabí’s con quién te estás metiendo! ¡Te voy a hacer cagar culiao! Ustedes son unos pobres hueones, no tienen autoridad”, se lee en el oficio preparado por la sede edilicia.

Salaberry indicó en su comunicado de una página que respondió las preguntas formuladas por la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío usando la Ley de Transparencia. En particular, sobre la reunión que sostuvo horas más tarde de ocurrido el hecho con el alcalde de Ñuñoa, Andrés Zahri, específicamente el 26 de agosto pasado.

Este es uno de los diez puntos solicitados a la Sudebere: “Cualquier documento, correo electrónico, oficio, entre otros, que dé cuenta de previa coordinación o solicitud formal hecha por el alcalde de Ñuñoa, Andrés Zarhi, para obtener fondos para la sede edilicia. El o los documentos deberán contener montos, rolados, timbrados, datados y rubricados por quien corresponda”.

Lo único que contestó Salaberry fue que hubo coordinación con el jefe de gabinete del alcalde Andrés Zahri, pero los correos enviados por la misma Subdere dan cuenta de que las comunicaciones no dicen relación con el encuentro del lunes 26, sino con la inauguración que se realizó al día siguiente en la comuna de la instalación de luces Led.

En su comunicado, el Subsecretario omitió que la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío le formuló al amparo de la misma legislación, si el día de los hechos fue fiscalizado por personal de Seguridad Ciudadana.

Tampoco entregó respuesta respecto de si se pasó tres luces rojas, ni menos de si llamó a su hermana para que esta última intentara obtener el nombre del fiscalizador a través de la central de comunicaciones municipal.

En la respuesta que Salaberry asegura entregó en todos sus puntos, no existe ninguna referencia a la pregunta de este medio, que solicitó conocer qué auto manejaba ese 25 de agosto: institucional, personal o de un tercero.

El subsecretario ni si quiera se pronunció sobre si tenía conocimiento del parte empadronado cursado por el empleado comunal, ni menos si fue notificado si lo pagó o iría a pagar la multa al Juzgado de Policía Local.

El alto funcionario de Gobierno no quiso entregar su versión en esta misma solicitud respecto de si había puesto en conocimiento de sus superiores el altercado ni menos el llamado de su hermana a la central de comunicaciones de la municipalidad para presionar al fiscalizador.

Por último, Salaberry explicó en su comunicado que la imagen entregada al tribunal lo muestra detenido en una esquina. Sin embargo, el documento entregado por la propia municipalidad revela que huyó de la fiscalización, toda vez que la única manera de establecer el número de placa fue que el funcionario lo siguiera en su vehículo.