El presidente Sebastián Piñera, en medio de la cumbre del G7 en Francia, salió a respaldar a su homólogo brasileño Jair Bolsonaro, quien ha recibido severas críticas por sus posturas antiambientalistas y su modo de enfrentar la crisis que han generado los incendios en el Amazonas.
Para empezar, remarcó que “la Amazonía es un área enorme, de siete millones de kilómetros cuadrados. Todos los años tienen incendios. Este año ha sido peor que el año pasado, pero está dentro del promedio de los últimos 20 o 30 años”, aseguró en conversación con BBC Mundo.
“No creo que el presidente Bolsonaro sea responsable de esto, creo que está haciendo todo lo posible para combatir estos incendios”, añadió.
Lo anterior, pese a que el mandatario es apuntado por fomentar la continuación de la minería y de la agricultura en la Amazonía, sumado a una abierta desidia frente a la deforestación del pulmón verde más importante del mundo.
Aún así Piñera insistió. “Lo que yo he visto es que envió a más de 45.000 soldados brasileños para combatir los incendios. Así que sí está preocupado por la salud de la Amazonia, pero al mismo tiempo está protegiendo la soberanía de Brasil”.
Y aunque se trata de un problema que afecta a todo el planeta, incluso hizo hincapié en ese último punto. “Tenemos que compatibilizar nuestro respeto por la soberanía y al mismo tiempo darnos cuenta de que la Amazonia es el pulmón del mundo y que todos nosotros estamos comprometidos a protegerla”.
En esa misma línea, destacó que “estamos tomando un enfoque regional. En estos momentos varios países en América Latina están ayudando a Brasil a combatir los incendios. Por ejemplo, Chile ha enviado varios aviones para ayudar a combatir el fuego”.
Con todo, según las últimas cifras, en Brasil han sido detectados 79.513 incendios desde el inicio del año, de los cuales algo más de la mitad han afectado a la Amazonía. En tanto, entre el viernes y el sábado se declararon 1.130 nuevos incendios, según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil.
Bajo dicho escenario, y presionado por la comunidad internacional, Brasil acabó por entrar en acción el domingo, enviando a la zona en llamas dos aviones C-130 Hércules.