La tarde de este lunes, La Moneda anunció que el presidente Sebastián Piñera fue invitado a la cumbre del G7 por su homólogo francés, Emmanuel Macron.
De esta manera, el Mandatario será el primer chileno en formar parte de este foro, que aglutina a los líderes de las siete economías más grandes y poderosas del orbe.
En concreto, se trata de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido.
Según detalló la Presidencia en un comunicado, la edición 45 del evento se desarrollará en Biarritz, Francia, entre los días 24 y 26 de agosto.
La cita tendrá por objetivo “proponer medidas para reforzar el respeto de la democracia, los Derechos Humanos y las libertades fundamentales”.
Sumado a ello, discutirán “la reducción de las desigualdades, además de promover el libre mercado y el respeto por la institucionalidad y las leyes”, indicaron en el escrito.
En su invitación, Macron felicitó al jefe de Estado por la organización de la cumbre climática de la ONU, la COP25; los esfuerzos por la protección del medio ambiente y el uso de energías renovables en la matriz energética nacional.
Además, destacó la existencia de programas como Start Up Chile, iniciativa que vela por el emprendimiento y la innovación.
La invitación a este selecto grupo no es algo menor. Durante toda su existencia, de América Latina solo Argentina y México han sido invitadas, naciones a las que se suma Jamaica cuando ésta presidió la Comunidad del Caribe.
G20
No es primera vez que Piñera se codea con los más poderosos del planeta.
En 2018, su par argentino, Mauricio Macri, lo convidó a la cumbre del G20 que se realizó en Buenos Aires, entre los días 30 de noviembre y 1 de diciembre.
En su primer día, Piñera estuvo en la gala del Teatro Colón donde compartió junto a Vladimir Putin y se reunió por cerca de cinco minutos con Macron, con quien abordó la situación del asesino de Jaime Guzmán, Ricardo Palma Salamanca.
En ese entonces la polémica sobre la figura del exfrentista se había reactivado luego que Francia le entregara una especie de asilo que impide su extradición.
Tras ello, en la recepción oficial, compartió mesa y dialogó animadamente con la futura ex primera ministra británica, Theresa May, a quien el Brexit, la falta de apoyo al interior del Partido Conservador y el rechazo de sus tres planes para concretar el divorcio de la Unión Europea le costaron el cargo.
Al día siguiente tuvo una reunión bilateral con la misma May y estuvo presente en el plenario de la reunión, aunque debió retirarse en cierto momento al no representar a un Estado miembro.