Tras la polémica que generó que los hijos del Presidente acompañaran a su padre en una gira oficial por China y Corea del Sur, Cristobal Piñera aseguró que él costeó la totalidad de su viaje.
“A China fui a acompañar a mis padres, cubriendo todos mis gastos y sin costo para el Estado, y solo participe como oyente en reuniones no oficiales y sin ningún interés comercial. El resto es parte de la pequeñez de la guerrilla política”, dijo Piñera Morel tras los primeros cuestionamientos.
No obstante, a través de una solicitud vía Ley de Transparencia, la Fuerza Aérea (FACh) aclaró que él no pagó el vuelo, lo que se contrapone a lo indicado por el gerente de Innovación de Cencosud.
En concreto, la institución respondió a un requerimiento del abogado y asesor de la senadora DC Yasna Provoste, Rodrigo Vega, a quien le señalaron que la FACh tampoco “realiza cobros ni facturaciones respecto de vuelos de la naturaleza señalada”.
Sumado a ello, detallaron que los vuelos de un Mandatario “son solicitados directamente por la Presidencia de la República, quienes junto con señalar la necesidad de que se efectúe un traslado para S.E. el Presidente de la República, informa las fechas y el número de integrantes de la comitiva”.
De esta manera, la FACh no define ni influye “quienes la componen ni el mecanismo para integrarla”, indicaron.
Hoy, la Fuerza Aérea de Chile descubre la mentira del hijo de @sebastianpinera. Respecto a los viajes de Estado, la FACH señala "la institución no realiza cobros ni facturaciones respecto a viajes de la naturaleza señalada". Por lo tanto, todos le pagamos el viaje de negocios. pic.twitter.com/i6xzHBqBCU
— Rodrigo Vega (@rodrigovega) 22 de mayo de 2019
Piñera padre, tras su regreso al país, el martes 30 de abril, aseguró ante la prensa, en La Moneda, que “el financiamiento total del viaje corre por cuenta privada y no significó un gasto alguno para el Estado”. Sin embargo, de acuerdo al informe de la Fach, en rigor, el vuelo no era parte del costo privado.
Materia aparte de los costos del vuelo propiamente tal, son los gastos de hotelería, alimentación, traslados, y similares; recursos que Piñera Morel aseguró haber costeado de su bolsillo, tal como pasa con los periodistas que acompañan al Presidente, por ejemplo.
Durante la gira, tanto Sebastián como Cristóbal Piñera pudieron participar en reuniones con líderes tecnológicos asiáticos. No obstante, en ningún minuto intervinieron y solo escucharon.
Semanas más tarde, este domingo de hecho, el mismo Cristóbal se disculpó por haber formado parte de la comitiva.
“Si bien todos los últimos Presidentes de la República han sido acompañados por sus hijos en visitas al exterior, efectivamente el país y la sociedad han cambiado y los estándares son distintos. No supimos dimensionarlo, pido disculpas por ello”, señaló en una carta a diario El Mercurio.
“A partir de ese viaje han surgido también otras críticas. Ellas buscan dar la impresión de que yo habría intentado obtener alguna ventaja por ser hijo del Presidente. Debo decir que ello es absolutamente falso y mal intencionado, imagino que motivado por fines políticos”, espetó en la misma misiva.
Desde el oficialismo blindaron al clan Piñera. Una de ella fue la ministra vocera de Gobierno, Cecilia Pérez.
“Usted comprenderá que todas las autoridades, partiendo por el Presidente de la República, somos autoridades las 24 horas del día, los siete días de la semana y tenemos familia y queremos estar con nuestras familias”, señaló Pérez al respecto.
Pero su inclusión en el viaje fue objeto de severas críticas desde la oposición.
El Frente Amplio, por ejemplo, acudió con tres requerimientos a la Contraloría con el objetivo que se investigue una posible vulneración al principio de probidad y la existencia de algún conflicto de interés.
Hasta Sebastián Dávalos, asistente en 2006 de la Unidad Asia de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, comentó la polémica.
En concreto, el hijo de la expresidenta Michelle Bachelet lamentó que lo hayan criticado por una reunión entre privados (para obtener un préstamo de $6.500 millones por parte de Andrónico Luksic, controlador del Banco de Chile) durante el primer gobierno de Piñera, lo que dio pie al bullado Caso Caval.
“En este caso la reunión se hace en un gobierno del padre y en un viaje pagado con fondos del Estado y en un avión presidencial. Todo esto pagado con los impuestos de todos los chilenos” dijo Dávalos a La Tercera.
De esta manera, y debido a toda la controversia, el jefe de Estado anunció que le pidió al Ministerio de Relaciones Exteriores la elaboración de un nuevo protocolo en la materia, que establezca “la forma en que deben integrarse las delegaciones que acompañan al Presidente en sus giras internacionales”.