El cuestionado e investigado obispo Eduardo Durán se aferra al poder y no renunciaría a la Primera Iglesia Metodista Pentecostal de Chile, lo que podría culminar con su expulsión si no decide voluntariamente dar un paso al costado.
En esa línea, este jueves se llevó a cabo una reunión del directorio de dicha congregación en la comuna de Chillán, misma urbe donde el sábado se llevará a cabo una asamblea extraordinaria para concretar su destitución.
En la cita, los integrantes de la instancia volvieron a pedirle que se retire por su cuenta, con el objetivo de evitar ser removido el fin de semana.
De acuerdo a fuentes consultadas por Radio Bío Bío, Durán aseguró que no renunciaría y -muy por el contrario- que buscaría fortalecerse en posiciones jurídicas para mantenerse como presidente y obispo de esa iglesia.
El religioso ha generado polémica y también ha sido blanco de críticas por su comportamiento desde el punto de vista moral, ya que quiere divorciarse para contraer segundas nupcias; al igual que desde el ámbito monetario.
Durán enfrenta una investigación por lavado de activos, indagación en la cual declaró recibir cerca de $40 millones mensuales por concepto de diezmos.
De acuerdo a su testimonio, esos dineros los reparte entre labores de la Iglesia, pastores y algunos de sus familiares, entre ellos Eduardo, su hijo diputado.
Sumado a lo anterior, muchos acusan a Durán de haber abultado su patrimonio tras su llegada al mando de la Catedral Evangélica de Estación Central, monto que bordearía los mil millones de pesos.
Él mismo dijo que solo necesitaba entre $3 y $4 millones para vivir mes a mes, además de afirmar que manejaba un Mercedes, avaluado en $80 millones, para “dignificar” la Iglesia.