La mañana de este lunes, el Palacio de La Moneda comunicó que el presidente Sebastián Piñera decidió no concretar su visita a Holanda y Alemania, viaje que estaba pactado para el domingo.
En el viejo continente, Piñera iba a sustanciar una visita de Estado al reino de los Países Bajos, donde revisaría el estado de la acusación que Chile con otros cinco países realizó ante la Corte Penal Internacional contra Nicolás Maduro.
Tras ello, en Alemania, formaría parte de una reunión medioambientalista convocada por la canciller Angela Merkel.
Su decisión ocurrió tras la polémica que generó la invitación de sus hijos Sebastián y Cristóbal a un viaje por China y Corea del Sur, donde los Piñera Morel participaron de una cita con líderes tecnológicos del gigante asiático.
Lo anterior también ocurrió en tiempos complejos para el Gobernante, quien atraviesa las semanas con peor aprobación a su trabajo.
De acuerdo a la Encuesta Cadem, la adhesión a su administración se mantiene en el 35% y las opiniones negativas a su gestión llegan al 52%.
El oficialismo salió en defensa del clan Piñera. Por ejemplo, la ministra vocera, Cecilia Pérez, aseguró que la invitación ocurrió por motivos familiares.
No obstante, la oposición salió en bloque a criticar el viaje, periplo cuya legalidad terminó en la Contraloría.
Producto de lo anterior, de vuelta en el país, el mismo jefe de Estado defendió la inclusión de sus hijos en base a que todos los presidentes, desde el retorno a la democracia, lo han hecho.
Además, aseguró que le pidió a la Cancillería la elaboración de un protocolo que regule las comitivas para estos viajes, norma que establezca “la forma en que deben integrarse las delegaciones que acompañan al Presidente en sus giras internacionales”.