La Junta de Oficiales Diáconos de la Catedral Evangélica tomó el control de dicho templo, iniciando el proceso de destitución del controvertido líder religioso, Eduardo Durán.
Entre aplausos y vítores recibieron los asistentes de la Iglesia de Jotabeche, la decisión anunciada por el diácono Pedro Chacón, quien comunicó que el pastor Eduardo Durán quedó suspendido de todas las funciones que implica el cargo de pastor gobernante de la Catedral Evangélica de Santiago y el inicio del proceso para destituirlo.
Las razones esgrimidas por la Junta de Oficiales para iniciar el proceso de destitución se fundamentan en que Eduardo Durán utilizó de mala manera los recursos de la iglesia para llevar una vida de lujos, desprestigiando con sus actuaciones a los evangélicos de todo Chile y dañando de manera particular a su esposa legal, Raquel Salinas Cariz, de quien anunció que se divorciará tras más de 40 años de matrimonio.
El miembro de los hermanos oficiales de la Iglesia Evangélica, Pedro Chacón, leyó la carta de solicitud de renuncia, en donde se señala que “el actuar del pastor Eduardo Durán Castro está alejado de los valores y principios que un pastor debe tener según las Sagradas Escrituras”.
Y es que de acuerdo a lo señalado por el oficial diácono, Luis González, el obispo Durán estaría violando algunos de los artículos de los estatutos que rigen a la institución.
En particular, Durán no estaría cumpliendo con el requisito de estar casado (Artículo 17, letra “c” de los estatutos), ya que reconoció hace algunos días que está separado e incluso se divorciará.
Por otra parte, se señala que el cuestionado líder religioso se ha apartado de la doctrina (Artículo 21, letra “a”) y que ha ejercido una administración errónea.
De esta manera, la junta directiva quedó a cargo de la administración y gobierno de la iglesia mientras se desarrolla el proceso de destitución.
Asimismo, se anunció un cambio en la distribución de recursos, por lo que esta labor ya no recaerá en una sola persona, sino que un equipo de administración.
Finalmente, el oficial diácono, Luis González, pidió perdón a los feligreses.
“Deseamos pedir disculpas públicas a todos aquellos ciudadanos chilenos que se han visto ofendidos, disgustados, con el actual liderazgo de nuestra iglesia”, precisó.
En el ojo del huracán
Durante esta semana, Eduardo Durán estuvo en el ojo del huracán tras protagonizar una serie de escándalos que terminaron por provocar un profundo quiebre al interior de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal.
Una abultada cuenta corriente de más de 130 millones de pesos obtenidos de los diezmos, la separación de su esposa y el sorpresivo anuncio de matrimonio en segundas nupcias con su nueva pareja, terminaron por desatar una de las peores crisis al interior de la institución religiosa.
De esta manera diversos sectores de la congregación comenzaron a exigir -incluso a gritos- su salida del cargo, llamado al que se sumaron parlamentarios, quienes argumentaron que desprestigiaba a la religión.
Mientras, el hijo de la autoridad religiosa, el diputado RN Eduardo Durán Salinas, renunció a la junta de oficiales de la Catedral Evangélica de Santiago, quitándole así uno de los principales soportes para la continuidad en el cargo.
Durán Salinas confirmó su salida citando diferencias irreconciliables con su padre, principalmente por el anuncio de separación de su mujer -la madre del parlamentario- para volver a casarse.
Este último antecedente habría sido clave en su distanciamiento, gatillando una fuerte discusión entre ambos luego de que Raquel Salinas le exigiera al obispo Durán renunciar al cargo si quería divorciarse de ella.
No obstante, y pese a la evidente falta de respaldos, hasta ahora Durán se niega a renunciar, y aunque está a un paso de perder también su condición de Obispo de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal de Chile, aseguró que los títulos que ostenta los recibió “directamente de Dios y no de los hombres”.