Las últimas horas al interior de la Iglesia Evangélica han sido caóticas: el obispo Eduardo Durán anunció este miércoles que se divorciará de su actual esposa para casarse con su nueva pareja, lo que causó un fuerte rechazo por gran parte de los líderes de la institución.
Lo anterior ocurrió en la catedral evangélica de Chile, donde se encontraba la actual esposa legal de Durán y diaconisa de la iglesia, Raquel Salinas, quien entre sollozos pidió la renuncia del obispo según consigna un audio al cual pudo acceder exclusivamente Radio Bío Bío.
Tras el anuncio de Durán, este arrancó del edificio a raíz de las críticas y quejas de los presentes. Pero al interior se quedó un grupo de líderes, reunidos, discutiendo en penumbras los siguientes pasos a seguir en esta complicada situación. Esto, ya que algunos seguidores de Durán cortaron el suministro eléctrico de la catedral mientras salían.
Fue Salinas quien tomó la palabra y comenzó a confesar los difíciles años que ha vivido junto al obispo Durán, revelando que hay gente que ha querido que ella muera a través de “hechicería”, además de acusar que Durán no fue “buen marido” y admitió que la iglesia evangélica está desprestigiada.
“Duramos como 40 y tantos años de casados (…) Y no voy a hablar nada de él. Pero para mí él no fue buen esposo”, confesó.
Salinas continuó relatando detalles sobre su relación con Durán, asegurando que siempre fue una buena persona con él.
“Yo nunca le falté al pastor (…) Hasta el momento último que se fue de la casa, lo atendí bien siempre. Hermanos queridos, yo andaba en el centro, le compraba la mejor camisa, la mejor corbata. Pero nunca, nunca le hice daño”, dijo entre sollozos Salinas.
En ese sentido, la mujer señaló que no entendía por qué Durán y otras personas han mentido sobre su persona cuando ella intentó ser una “buena esposa” y “atenderlo siempre”.
“No quiero que sigan hablando mal de mí”, agregó.
Finalmente, Salinas aseguró que espera que Durán pueda recapacitar, pero que si se quiere divorciar y luego casar con una nueva pareja, precisó que es necesario dar “un paso al costado”.
“Toda la vida he orado por él. Para que un día el Señor le revele, le muestre, le de la claridad de que la iglesia no está bien”, concluyó.