La tarde de este lunes, el contralor general de la República, Jorge Bermúdez, descartó renunciar a su cargo tras las críticas de la UDI por una supuesta gama de criterios para desarrollar auditorías al interior de municipalidades.
De hecho, la presidenta del gremialismo, Jacqueline Van Rysselberghe, aseguró que si Bermúdez no decide irse por idea propia, desde su partido evaluarán una acusación constitucional por notable abandono de deberes.
La ira de la UDI, en parte, podría entenderse con la situación que atraviesan algunos de sus miembros y cercanos, como por ejemplo el desfalco en Viña del Mar, con Viginia Reginato; y el suspendido jefe comunal de La Florida, Rodolfo Carter (IND ex UDI).
En línea con los cuestionamientos a su figura, y consultado por la prensa por una posible dimisión, Bermúdez descartó salir del órgano fiscalizador. “¿Por qué voy a renunciar, no se da cuenta que estamos haciendo el trabajo?”, inquirió.
“Lo que pasa es que aquí ocurre siempre el problema del auditor y el problema del contralor: cuando empiezan a aparecer cosas que empiezan a molestar, entonces hay gente que lo que cree que hay que hacer no es perfeccionar el control, o hacer mejor su propia pega, sino atacar al que está haciendo su trabajo”, espetó.
Además, en cuanto a la acusación que podría impulsar la UDI, Bermúdez dijo no estar en conocimiento de aquella medida. “Es parte de su trabajo”, dijo.
Información disponible
Bermúdez descartó que exista un cambio de criterio entre una y otra municipalidad a la hora de realizar fiscalizaciones.
En esa línea, aseguró que quienes concretaron tales labores lo hicieron en base a información sobre la mesa “y otra por trabajo de la fiscalización”.
Así, aseguró que las fiscalizaciones se hacen con “material acreditado” y sobre todo con “el que no está sobre la mesa, que se está omitiendo y que, por lo tanto, el auditor va a tener que ponderar para saber cómo puede llevar a cabo esa auditoría”.
En esa línea, Bermúdez afirmó confiar tanto en los equipos de la Contraloría General como en las unidades de la Contraloría de Valparaíso que auditaron Viña del Mar. “Son equipos con mucha experiencia, que tienen todo mi respeto y toda mi confianza”, admitió.
Viña del Mar
Sobre la Ciudad Jardín, comuna en la cual se destapó un déficit de $17.500 millones, Bermúdez dijo que el saldo inicial de caja, que corresponde a recursos de libre disposición que pasan de un año a otro en un servicio público, no fueron considerados porque, en detalle, no podían ser usados libremente.
Lo anterior, porque, según detalló, en Viña del Mar habían $5.200 millones de pesos que estaban destinados por el Ministerio de las Culturas para, después de nueve años, terminar las reparaciones del Teatro Municipal y del Teatro Vergara.
Respecto de los ingresos devengados, añadió Bermúdez, la municipalidad recibió históricamente menos de lo esperado, por ende se aplicó un criterio conservador en vista de los montos efectivamente disponibles.