El caso se remonta al 2015 y es uno de los que más complica al cardenal Ricardo Ezzati. La causa involucra al exrector de la Iglesia de Las Agustinas, Tito Rivera, quien según las denuncias en su contra tenía como conducta habitual mantener relaciones sexuales en habitaciones de la Catedral Metropolitana con menores de edad. Este sacerdote habría violado al denunciante, cuyo nombre está en reserva, cuando tenía 40 años, y luego de ir a pedir ayuda para comprar los medicamentos de su hija.
Según el relato de la víctima, el denunciante fue llevado al segundo piso de la Catedral, a unas habitaciones. Ahí conversaron y el cura le dio un vaso con agua. Después de eso, el denunciante no tenía control sobre su cuerpo. El hombre vio como el presbítero se quitó los anillos y el crucifijo que colgaban de su cuello e ingresó al baño de la habitación. Apenas regresó, Tito Rivera Muñoz estaba en ropa interior y pronunció una frase que nunca olvidaría: “Lo vas a pasar rico”.
Después de eso, fue violado. Denunció los hechos a la Ofincina Pastoral de Denuncias (Opade) el mismo 2015, y el pasado 27 de febrero se ingresó una demanda por indemnización de perjuicios de 350 millones de pesos en el Poder Judicial, en contra del Arzobispado de Santiago.
El proceso canónico determinó verosímil la denuncia y dio cuenta de otras acusaciones, como tocaciones a un seminarista y a un menor de edad, las que quedaron archivadas. Una de las víctimas entregó fotografías y videos caseros de actos sexuales, tras lo cual Tito Rivera confesó que efectivamente mantuvo relaciones homosexuales en esas habitaciones.
Un informe posterior de la Iglesia dejó por establecido que Tito Rivera tuvo “un comportamiento homosexual habitual, gravemente inmoral y prácticamente fuera de control”, infringiendo gravemente el Sexto Mandamiento.
El denunciante -de acuerdo a su versión- acusó estos hechos al cardenal Ezzati: el arzobispo lo abrazó, lo mandó a rezar por el sacerdote y le entregó 30.000 pesos en efectivo. Sólo en noviembre de 2016, más de un año y medio después, Ezzati elevó la causa a una indagatoria de carácter administrativo-penal canónico. Esta última, hace pocos meses, derivó en que Rivera Muñoz fuera sancionado con 14 años de suspensión de ministerio sacerdotal.
El 30 de enero pasado, en la audiencia de sobreseimiento definitivo de Ricardo Ezzati, el fiscal Emiliano Arias dio cuenta de este caso, pero sin mayores detalles. “Hay incumplimientos graves y groseros del señor Ezzati, tales como una violación en la Catedral de Santiago cuando él era obispo. Y que tampoco se investigó”, acusó en dicha instancia, cuando la defensa del sacerdote intentó -sin éxito- terminar con la investigación.
Arias destacó ayer lunes que si no hubiesen realizado allanamientos a la Catedral, posiblemente este caso no se conocería. De paso, confirmó que este polémico caso es una de las causas que se le imputan a Ezzati en la investigación como imputado por encubrimiento.
Ezzati en la cornisa
A Juan Carlos Cruz, denunciante del excura Fernando Karadima, quien además denunció a Ezzati por encubrimiento, le “parece increíble leer estas atrocidades tan grandes. Curas que sabían lo que estaba pasando y no hicieron nada. Deberían estar todos en la cárcel, ayer, no mañana: ayer. Qué vergüenza. Qué tristeza. Qué dolor por las víctimas”, subrayó.
El vocero de los laicos de Santiago, Osvaldo Aravena, dijo que este caso hace más urgente que Ezzati sea relevado de su cargo como arzobispo capitalino. “Viene a coronar una seguidilla de situaciones que dañan la moral y la credibilidad. No resiste la presencia de Ezzati a la cabeza de la Iglesia de Santiago”, remarcó.
En entrevista con el Expreso Bío Bío, el doctor en la historia de la Iglesia, Marcial Sánchez, aseguró que el Papa tiene absolutamente claro quién es Ezzati, pero el pontífice espera que enfrente su situación judicial para sacarlo del cargo. “Se nota que la Fiscalía está preparando otras herramientas plantear nuevos casos con respecto a Ezzati”, apuntó.
Con todo, el caso se publica a pocos días de que se retome la apelación de la demanda civil contra el Arzobispado por parte de los denunciantes de Fernando Karadima. En el caso de esta demanda, falta que se nombre a un ministro de fuero, por el cargo de Ezzati, para que se tramite.