Un rotundo rechazo recibió la propuesta del ministro de Agricultura, Antonio Walker, de reconocer la denominación del pisco peruano, si es que desde Lima hacen lo propio con el destilado chileno.
De haber aceptado el gobierno peruano, podría haber llevado a una tregua que pondría fin a años de disputa internacional.
Chile -de acuerdo al diario El Comercio- concentra el 41% de las exportaciones del destilado de uva peruano. En nuestro país no puede llamarse pisco, ya que por denominación de origen, se reconoce al pisco como la bebida alcohólica producida únicamente en las regiones de Atacama y Coquimbo. Perú hace lo propio en su territorio para proteger a su producto.
Pero esta disputa histórica ha llegado a los mercados internacionales, ya que cada país reclama el derecho exclusivo a ser reconocido en otros países. Walker argumentó los altos costos derivados de dichos casos como un motivo para llegar a acuerdo.
La respuesta vino de boca del ministro de cultura peruano, Rogers Valencia, quien afirmó en un programa televisivo que “la denominación de origen se debe a un espacio geográfico y a un proceso, además no hay que olvidar que el Pisco se realiza con una variedad de uvas pisqueras específicas”, según lo citó el diario Gestión.
Además, cuestionó que en Chile se le agregaría azúcar al destilado, defendiendo que sólo debe usarse uva, entre otras diferencias en la preparación por las cuales sería imposible considerar el trago chileno como pisco en Perú.
Invitó en este sentido a los chilenos a que, si quieren conocer cómo se prepara el pisco, “acá estamos para enseñarle como se hace”.