Hasta el centro de acopio de Las Tienditas en Cúcuta, en la frontera entre Colombia y Venezuela, llegará este viernes el presidente Sebastián Piñera, tras aceptar la invitación que le extendió su homólogo colombiano, Iván Duque.
Dicha invitación tiene como único objetivo entregar la ayuda humanitaria a los representantes del presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, quien ayer lunes reafirmó que el próximo sábado 23 de febrero entrará -con o sin ayuda de las Fuerzas Armadas Bolivarianas de Venezuela- todo el cargamento que se ha reunido en esa zona colombiana.
Por esa razón, Sebastián Piñera llegará a tierras cafeteras con un avión de la Fuerza Aérea de Chile cargado con 17 toneladas de víveres, los cuales pretende entregar de forma inmediata a los venezolanos, lo que generó inmediata tensión política.
Pese a ello, Guaidó no tardó en agradecer el gesto: “Nos sentimos muy orgullosos de contar con la presencia del presidente Sebastián Piñera, quien acudirá al Centro de Acopio de Cúcuta a entregar la ayuda humanitaria de parte de Chile. Valoramos este gesto hacia los venezolanos que esperan esa ayuda para salvar sus vidas”, admitió a través de su cuenta en Twitter.
El vocero subrogante de La Moneda, Emardo Hantelman, entregó algunos detalles sobre el viaje, pese a que advirtió que este martes se resolverá en detalle la agenda, durante el comité político que encabezará el mandatario en Palacio.
Piñera “está ocupado de la democracia en Chile y el mundo. Y particularmente con Venezuela. Es importante recibir y acoger el llamado que ha realizado el presidente (interino) Guaidó para poder avanzar en ingresar ayuda humanitaria a un país que está sufriendo”, remarcó.
“Va a ser un lío”
Rápidamente, el viaje encendió los ánimos entre el oficialismo y la oposición. Pese a que Hantelman subrayó que “el Presidente está ocupado de lo que pasa en nuestro país”, la Democracia Cristiana cuestionó que el jefe de Estado participe de esas actividades, sobre todo cuando en nuestro país se requiere todavía hacer frente a las emergencias que han ocurrido en el norte y sur de Chile.
Por su parte, el senador José Miguel Insulza (PS) fue más cauto e indicó que no se opone a que los presidentes de la República viajen, pero sí apuntó a que -específicamente- este viaje parece más oportunismo que otra cosa. “Yo creo que a Cúcuta no debe ir. Yo creo que hay (intención de captar) algo de protagonismo. Esto es una operación para intentar llevar ayuda humanitaria a un país que tiene la frontera cerrada y no la quiere recibir. Naturalmente, eso va a ser un lío. Yo no veo por qué el Presidente de la República deba andar metido en líos”, aseguró.
En la misma línea, la presidenta (s) del Partido Socialista, Karina Delfino, tildó a Piñera de oportunista. “El viaje se convierte en un despropósito. Está más preocupado de tener protagonismo a costa de la grave crisis en Venezuela. Y el Gobierno de Chile tiene que preocuparse de las emergencias que afectan al país respecto de los incendios forestales”, acusó.
A contramano, el oficialismo salió a respaldar el anuncio de Piñera. La diputada Ximena Ossandón (RN) pidió a la oposición dejar de lado las críticas y los llamó actuar más unidos frente a los diferentes hechos que han ocurrido en Chile y Venezuela. “Respeto la posición del Presidente. En el tema de los incendios ha estado tremendamente presente. Lo que a mí más me preocupa es que queden los mejores equipos”, aseguró.
En la misma línea, pero en un tono más duro, el senador Iván Moreira (UDI) fustigó la postura de la oposición: “Son críticas que lo único que buscan es dañar al Gobierno injustificadamente”, señaló.
Duque y Piñera: cabezas de cartel
La agenda de Sebastián Piñera contempla el día viernes 23 participar del concierto de solidaridad con Venezuela, junto al Presidente colombiano, Iván Duque, para empujar por el acceso de la ayuda humanitaria: un evento organizado por el multimillonario inglés, Richard Branson.
Para el evento ya están confirmados artistas como Carlos Vives, Luis Fonsi, Fonseca, Juanes, Ricardo Montaner, Mau y Ricky, Miguel Bosé, Diego Torres, Maluma, Maná, Carlos Baute, Alejandro Sanz, entre otros.
Por esta razón, ayer lunes -en el Palacio de Miraflores, en Caracas-, el vocero del régimen de Nicolás Maduro, Jorge Rodríguez, anunció dos cosas. Primero: que ellos también harán un “contraconcierto” en Ureña, localidad donde se ubica la frontera colombo-venezolana, pero que durará dos días, el 22 y 23 de febrero. “Hemos acogido una propuesta de una gran cantidad de artistas venezolanos que solicitaron hacer un encuentro cultural, un gran concierto por la paz y por la vida, anunció el secretario de Estado.
Y en segundo lugar: enviarán ayuda humanitaria desde Venezuela a Colombia, sumado a la disposición de médicos y odontólogos para atender a los ciudadanos del país vecino de forma gratuita, “algo que es completamente impensable en Colombia en estos momentos”, acusó.
En tanto, pese a la crisis interna, Nicolás Maduro insiste en negar el acceso a Venezuela de la ayuda humanitaria que ya envió Estados Unidos, Canadá, Brasil, Reino Unido, Alemania, España, entre otros países.
Ataque en la frontera
Con todo, el anuncio de Piñera llegó el mismo día en que la tensión comenzó a escalar en la frontera, que se encuentra dividida por 2.200 kilómetros de selva, ríos y puntos urbanos. Ayer lunes, un ataque contra un puesto de policía en la frontera de Colombia y Venezuela dejó dos uniformados muertos, una acción que según la autoridad fue perpetrada por dos hombres armados que ingresaron del lado venezolano.
Los agresores mataron a balazos a dos efectivos de la policía aduanera e hirieron a un vigilante. En concreto, el ataque se produjo en un puente fronterizo que une la ciudad de Arauca (noreste) con territorio venezolano.
La policía señaló que los atacantes “atravesaron a pie el río” limítrofe para cometer el atentado, que le costó la vida al patrullero Jeison Bejarano, de 26 años, y a Óscar Alberto González, de 28.
Las autoridades no han señalado a ningún grupo armado como presunto responsable, aunque el gobernador del departamento de Arauca, Ricardo Alvarado, apuntó a que serían miembros de organizaciones que operan desde Venezuela. “Hay unos grupos (armados) que no operan dentro del territorio (colombiano) y yo no puedo salir a atravesar el río”, dijo el mandatario a Blu Radio.
En Arauca operan comandos del Ejército de Liberación Nacional (ELN), última guerrilla activa reconocida en Colombia, además de disidentes de la ya disuelta organización rebelde FARC.
Apoyado en informes de inteligencia militar, el gobierno colombiano ha denunciado que el ELN se refugia en el lado venezolano de una frontera castigada por el contrabando y el narcotráfico.