Adriana Rivas es por hoy, el nexo más cercano a una pronta y posible justicia en Chile, por la tortura y asesinatos cometidos en tiempos de dictadura.
La ex secretaria del Ministerio de Defensa en la era Pinochet, fue arrestada recientemente en Australia. A partir de esto, las reacciones han venido en cadena. No es para menos, ya que está vinculada a la tortura y asesinato de 7 personas cuando era ex miembro de la DINA, bajo órdenes de Manuel Contreras.
¿Cómo llega una mujer joven, en la década del 70, a trabajar para un mecanismo tan sombrío en la historia de Chile? Ella misma se lo contó en una entrevista a la cadena australiana SBS en 2013.
El video con duración de casi una hora, tiene una edición de aproximadamente 8 minutos, en la que se condensa lo más importante dicho por la mujer que tocó las mieles del poder a través de los militares.
Rivas, comentó en el espacio que hoy cobra vigencia, dada su detención, que fue escogida entre varias aspirantes a secretarias ejecutivas bilingües. Miembros de Defensa llegaron hasta su centro de estudios para buscar secretarias. Entre las “elegidas” estaba ella. “Me llamaron especialmente para trabajar con Alejandro Burgos”. Se trata del agente de la DINA que ingresó a sus filas en 1973 y se convirtió en hombre de confianza de Manuel Contreras, director de este organismo represor.
Se describió como una joven de clase media, con un padre que era comerciante pero no tenía los recursos para hacerla conocer el nuevo mundo que estaba por descubrir. Su madre, ama de casa y sus otros 5 hermanos, estudiantes. Ese día, cambiaría el curso de su vida, y de hecho, lo sigue haciendo hasta ahora.
“Mis mejores años de juventud son los que viví en la DINA”
Viajes, lujos, cenas y otros menesteres del jet set político le dieron un nuevo mundo a la joven secretaria que hoy enfrenta un panorama muy distinto.
“Cuando llegué a la DINA fue otro mundo para mi, (tenía) ropa Nos vestían de pies a cabeza, cuatro veces al año en las mejores casas del país. Una cabra como yo, de clase media con educación media: ¿tú crees que tenía la oportunidad de cenar en embajadas en Chile, andar en limusina, viajar gratis sin pagar ni uno, en los mejores hoteles?”
El estar cerca de presidentes, monarcas y otros accesos lejanos al resto de mortales la fueron encariñando, según lo denota en la entrevista.
Su rol fue importante, según ella. “Con Burgos trabaja bien, me pasaban los microfilm que encontraba de los allanamientos, que eran unas cositas chiquititas; tenía yo una lupa y las tenía que traducir”.
Durante el diálogo que se torna más honesto con el paso de los minutos, Rivas dijo desconocer si habían documentos de la CIA, los que llegaban a la parte internacional de la DINA. “Yo nunca trabajé con ese grupo”, aseguró.
Pero, durante la entrevista, le insisten en esos documentos desde la agencia de investigación estadounidense. Su otrora jefe, también acusado de tortura y asesinato, Manuel Contreras, sale a mención en la charla.
¿”Manuel Contreras, tenía relación con la CIA”? Le insisten a la ex secretaria. “No, él era una persona muy reservada”, dice con asombro. Luego viene la etapa en la que habla de su lealtad al militar que consideró su amigo porque la ayudó en cosas difíciles.
“Excelente persona, excelente jefe y nadie puede decir lo contrario porque él ayudó a todo mundo que pudo”. Contreras firmó un cheque para su familia que no tenía fecha de devolución de “lo prestado”. El término lealtad, entonces, se afirmó aún más en ambos personajes.
“La tortura existió desde que tengo uso de razón en Chile”
A Rivas, le preguntaron si le parecían injustas las condenas en torno a las torturas desde la DINA. Su respuesta no sorprendía a propios, pero si a extraños, a décadas de un episodio que los chilenos aún tienen en la memoria.
“Claro que es injusta. Me parece que todas las condenas que han hecho son injustas. Si la balanza hubiese sido apareada como correspondía para los dos lados iguales, yo no diría que fue injusta, pero fue injusta”.
Pese a ser prófuga de la justicia, Rivas, vio el momento para analizar al estilo de cualquier politólogo lo ocurrido en tiempos de dictadura. El MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) tenía tanta responsabilidad como la DINA, a su criterio.
“Porque toda la gente que participó, los del MIR, los que mataron, porque también ellos mataron mucha gente, antes y después. Bueno, la tortura existió desde que yo tengo uso de razón en Chile. Siempre existió. Todo mundo sabía que tenían que hacer eso y quebrar a la gente de alguna manera”.
Rivas, pierde por un momento la noción de su realidad judicial y habla de los procedimientos oscuros, utilizados en tiempos de la dictadura, esos que lo tenían en el ojo de la tormenta, alimentada por los pedidos de justicia en la era post pinochetista.
“Porque los comunistas son cerraos, tienen una formalidad militar mucho mejor que la de los militares. Pa’ que estamos con cosas. Era necesario, lo unico que usaron los nazi, me entendí… una parte necesaria. ¿Y tú crees que en Estados Unidos no hacen lo mismo? Todo mundo lo hace”.
La mujer que ahora guarda prisión en Sidney, normaliza en esa entrevista la tortura, reconociendo además que, según ella, no había otro camino.
“Si es la única manera de quebrar a la gente porque psicológicamente no hay un método, no esta la inyeccion que te ponen en las películas para que tu digai la verdad, no existe. Nadie te va a decir ‘yo maté a fulano y sutano’”.
Lo que viene después de esa especie de confesión, es la forma en la que salió de Chile, cuando fue apresada en 2006, en medio de una visita que hizo a su familia. Llegaba procedente de Australia. Rivas ya había huído a ese país a finales de los 70.
En 2007, un año después de ser apresada en el aeropuerto de Santiago, obtuvo libertad condicional, misma que aprovechó para escapar de nuevo a territorio australiano, vía Mendoza y Buenos Aires.
La situación hoy es muy distinta, aunque tras su arresto, la justicia de Australia tiene la palabra a la hora de decidir si la también conocida como “La Chany”, será devuelta a Chile, donde los tribunales le esperan por los delitos que se le imputan.