Al inicio de la sesión de este jueves comenzó a escalar la tensión en la Sala, el mismo día que el Frente Amplio puso en duda la continuidad del pacto administrativo de la centroizquierda en la Cámara de Diputados.
En primer lugar, intervino el diputado Pepe Auth, en representación de la bancada del PR, quien se lanzó contra el parlamentario del Partido Humanista, Florcita Alarcón.
Lo anterior, luego que ayer -en el marco de la discusión del proyecto sobre violencia escolar- Alarcón acusara que el Partido Radical y la Democracia Cristiana lo violentan cada vez que votan una iniciativa en línea con Chile Vamos y la administración Piñera.
“Conocí a Florcita Motuda una noche frente a un televisor blanco y negro en la casa de mi pareja en los años 70, en un aburrido festival, a menos de cuatro años del golpe. Florcita irrumpió vestido de naranja, irreverente, invitando a la paz en un país de guerra, a vivir la libertad cuando todo Chile parecía una cárcel, a marcar la diferencia cuando se intentaba imponernos una única manera de ser chilenos. Florcita se convirtió para mí generación en emblema de humanismo, tolerancia y respeto a la diversidad”, comenzó diciendo Auth.
En su repaso del rol de Alarcón remarco que, “contra la opinión predominante, aquí mismo saludé su ingreso a este Congreso como emblema del fin del binominal y celebré la representación de toda diversidad del país en esta Cámara. Quiero decirles que me equivoqué. No era Florcita Motuda el humanista libertario quien entró a este Congreso, se había convertido en el diputado Alarcón. Una persona completamente distinta a la que conocimos en la lucha contra la dictadura. El hombre de paz cedió su lugar a un sujeto agresivo y descalificador. El emblema de la diferencia clama hoy su frustración porque no votamos todos como él, el promotor de la democracia mutó en el más radical de los autoritarios estanilistas”, acusó.
“Cuando me hacen mirar hacia atrás para buscar al artista libertario solo encuentro al comisario político. Al que la instrucción de partido en ocasiones lo lleva incluso a votar en contra de su propio discurso”, aseguró.
De paso, también reclamó por un episodio que se ha repetido en numerosas ocasiones: cuando un diputado de la centroizquierda vota a favor de un proyecto oficialista, Alarcón les grita “traidores” desde su escaño.
“Para el diputado Alarcón nuestros votos son buenos si coinciden con el suyo, aunque en muchas ocasiones no sepa siquiera lo que se está votando. Y si nuestra reflexión nos lleva en ocasiones a votar distinto, pasamos a ser traidores. El mundo multicolor que promovía Florcita Motuda, pasó a ser una rígida escenografía en blanco y negro, con buenos y malos, leales y traidores, como los peores tiempos de la Guerra Fría, como las dictaduras actuales de izquierda y derecha. El colega Alarcón tiene una confusión epistemológica del rol parlamentario. Ninguno de nosotros fue elegido para aprobar o rechazar los proyectos del gobierno. Estamos aquí para participar de la elaboración de las leyes, para formarnos convicciones de si es bueno para Chile y nuestros electores lo que se va a votar. Y por eso estamos obligados a saber lo que votamos. A defender aquí nuestra convicción, no simplemente a seguir una instrucción”.
Dardos al Frente Amplio
En la misma instancia, aprovechó de enviar un mensaje al Frente Amplio y los llamó a definir claramente los márgenes de su proyecto político.
“Valoro el aporte de Gabriel Boric, Giorgio Jackson, Vlado Morisevic, Natalia Castillo, Catalina Pérez, Pablo Vidal, Renato Garín y muchos otros. Le tengo un cariño sin medida a Pamela Jiles. Y aprecio el esfuerzo del FA por construir un nuevo proyecto político de izquierda que encare los desafíos del futuro. Pero desde aquí les dijo, con el cariño que les tengo, tienen que decidirse entre las libertad y el autoritarismo; entre la democracia de las ideas y la dictadura de las conciencias; entre la valoración de la diferencia y la imposición de lo políticamente correcto; entre la promoción del diálogo verdadero y la disposición a clausurar el debate y la reflexión con órdenes de partidos y descalificación de quien piensa distinto; entre las soluciones fáciles a problemas complejos y la complejidad de construir soluciones verdaderas a los problemas”, señaló.
“Quiero decirles que los acuerdos sólo pueden construirse desde el respeto a la diferencia. Desde el reconocimiento de que el otro vota como vota porque su reflexión y sus convicciones lo llevan a esa decisión. Que el voto del Frente Amplio no es el voto bueno y el que no vota como ustedes no es el voto malo. Sin ese aprendizaje jamás podrán aspirar a gobernar la democracia”, remarcó.
Y, para cerrar, insistió en que deben definirse “entre el silencio cómplice y la condena franca y transparente de toda actitud autoritaria y antidemocrática, como la que ayer y en ocasiones previas ha tenido el diputado Alarcón”.