El Gobierno anunció este miércoles que modificará la ley que restringe la extracción de jibia, también conocida como sepia, con el fin de calmar los ánimos de pescadores industriales movilizados para evitar que se prohíba su participación en la extracción del molusco.
De esta manera, la ley aprobada por el Congreso en enero y que aún está a la espera de su promulgación, sufrirá un veto aditivo que mantendrá la prohibición a la pesca de arrastre, pero permitirá a industriales participar en las faenas a través de maniobras de cercos pesqueros.
“No objetaremos la eliminación del arrastre como método de pesca de la jibia”, pero “presentaremos en los próximos días un veto presidencial para incorporar, además de la línea de mano, el cerco como arte de pesca para ser utilizado tanto por el sector artesanal como industrial”, informó el ministro de Economía, José Valente.
El secretario de Estado aseguró que con el veto sustitutivo “se cautelan los intereses de trabajadores de ambos sectores y se asegura la captura y producción de este producto”.
Desde la oposición en el Congreso hubo críticas inmediatas a esta decisión del Ejecutivo.
El diputado comunista, Daniel Núñez, desestimó los argumentos del Gobierno para ingresar el veto y subrayó que prohibir el arrastre en la captura de la jibia es un primer paso para fortalecer la pesca artesanal, estableciendo un nuevo mecanismo de explotación de dicho recurso.
Desde el oficialismo, en tanto, también cuestionaron la decisión. El diputado RN Leónidas Romero, miembro de la Comisión de Pesca, manifestó su molestia asegurando que el Gobierno “equivocó el camino”.
“Al parecer solo escucho a los empresarios, en consecuencia que el país entero sabe que la Ley de Pesca es una ley que corrompió la política, y que ésta era la gran oportunidad de empezar a reivindicarse, pero prefirieron cautelar los intereses económicos de las 7 familias dueñas del mar de Chile”, indicó a través de una declaración pública.
Desde el mundo académico, Hugo Arancibia, oceanógrafo experto en jibia de la Universidad de Concepción, calificó como una “aberración” el proyecto de ley que pretende obligar a la industria a capturar el recurso con el método artesanal de línea de mano, que sería -a su juicio- promover una técnica “primitiva” de extracción.
Explicó que así sería “como se pescaba probablemente hace 2 mil años en la cultura occidental y por lo menos hace 5 mil años en la oriental”.
Sobre el daño que podría causar la red de medio arrastre usada por la industria para extraer la jibia, el académico experto en la materia insistió en que no tiene ningún reparo a la técnica.
“Y además, la jibia, entiendo que los industriales la pescan levantado del fondo, con ventanas de escape que me parece que son altamente colectivas. Esto es, la fauna acompañante -como la merluza- sale por las ventanas de escape y se captura prácticamente jibia limpia”, explicó.
Una molestia transversal
Lejos de calmar los ánimos, la decisión de La Moneda mantendría movilizados tanto a los pescadores industriales como a los artesanales, quienes expresaron su molestia con el anuncio del ministro Valente.
La Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes) emitió un duro comunicado contra el Gobierno y lamentaron que el Ejecutivo haya validado un proyecto que el propio subsecretario de Pesca había calificado de inconstitucional.
“Nos parece grave que el Gobierno avale un proyecto de ley que a todas luces es inconstitucional, tal como lo planteó la Subsecretaría de Pesca en innumerables ocasiones. Cambiar los artes o aparejos de pesca no son facultades del poder legislativo”, indicaron.
Desde la Sociedad Nacional de Pesca (Sonapesca F.G.) también se sumaron a los cuestionamientos, asegurando que ha habido total desinformación en el tema.
“El arrastre no genera impactos. La jibia se pesca a ‘media agua’ a más de 200 metros sobre el fondo marino y las redes son selectivas sin generar daños en la biomasa al operar. Aún si el arte de arrastre tocara el fondo, el 99% de las costas de Chile están compuestas por fango y arena, por lo que no se registran arrecifes de corales como se busca proteger en otras costas del mundo”, aseguró el presidente de Sonapesca, Osciel Velásquez.
Mientras, desde la otra vereda, Miguel Angel Hernández, presidente de la Federación de Pescadores Artesanales Nuevo Amanecer, que agrupa caletas de la región de Valparaíso, advirtió una radicalización en las movilizaciones.
“Permitir la pesca con cerco es apagar el fuego con bencina, por lo tanto las movilizaciones y protestas aumentarán todos los días hasta que se cumpla la norma que salió del Congreso, la jibia debe ser capturada en forma exclusiva con potera y línea de mano”, señaló.
La nueva normativa, según fue despachada por el Congreso, permite la extracción de la jibia solamente mediante la utilización de potera o línea de mano como aparejo de pesca, bajo amenaza de multa de 500 Unidades Tributarias Mensuales (UTM), además del decomiso de las especies y los productos derivados de la extracción, en caso de no ser respetada dicha norma.
En este escenario, los pescadores artesanales acusaron al gobierno de favorecer una vez más a los industriales.
“Sabemos que además esto tiene un efecto a favor de la industria, bajar los precios, por eso ellos seguramente apoyan la medida, porque una vez más son beneficiados en desmedro de la biodiversidad y de la pesca artesanal”, indicó Manuel Gutierrez, presidente del Sindicato de Pescadores Artesanales de Coronel, Sitripac.
Manifestaciones de industriales y artesanales
Por su parte, los pescadores artesanales mantienen en los últimos días movilizaciones en la región del Maule y Bio Bío.
Por otro lado, los industriales bloquearon con barricadas incendiarias los accesos al puerto de Talcahuano durante la mañana del miércoles.
Tanto unas movilizaciones como las otras provocaron serios enfrentamientos con personal de Fuerzas Especiales de Carabineros, por lo que el ministro exigió a ambos sectores “deponer las manifestaciones violentas”.
La cuota de jibia se fijó en 200.000 toneladas anuales y un 80% de la extracción corresponde al sector artesanal.