Tras la derrota del oficialismo en la Comisión de Ética, que resolvió finalmente absolver a los diputados frenteamplistas Maite Orsini y Gabriel Boric por su reunión secreta con el exfrentista Ricardo Palma Salamanca en Francia, parlamentarios de la UDI y RN denunciaron una politización de las resoluciones de dicha instancia y abogaron por su reemplazo.
En su lugar, los diputados RN Paulina Núñez y Francisco Eguiguren junto a los UDI Osvaldo Urrutia y Jorge Alessandri propondrán -mediante un proyecto de ley que presentarán este martes- formar una “comisión de hombres buenos” que no esté conformada por parlamentarios, sino por exautoridades de alto prestigio.
Estos últimos, sugieren, podrían incluir a exmandatarios o expresidentes de las cámaras del Congreso Nacional.
La resolución respecto del caso de Boric y Orsini, indicaron en un escrito revelado por La Tercera, “representa una clara dejación de las funciones fundamentales de esta instancia”. Además, acusan que “la existencia de decisiones guiadas por intereses político-partidistas, como lo demostró la Comisión de Ética en esta oportunidad, en vez de propiciar una solución justa a este caso (…), hace que la entidad parlamentaria se convierta en una instancia espuria y que no responde a las finalidades fundamentales para la cual fue establecida”.
Esto último, indican, es “resguardar la honorabilidad de nuestra corporación, velando y haciendo velar por una conducta intachable de los parlamentarios”.
Los cuatro parlamentarios se refirieron en duros términos a la resolución de la instancia. Urrutia, por su parte, lamentó que la absolución de los parlamentarios frenteamplistas “quedará en las actas de la Cámara de Diputados como la sentencia más vergonzosa de la corporación”, significando “un daño tan irreparable a la Comisión de Ética, que es razonable su derogación, ya que de ahora en adelante no tendrá legitimidad alguna en las resoluciones que emita.
Alessandri, su par en la UDI, acotó que la comisión que proponen deberá estar compuesta por personas que “sean referentes para la sociedad y cuyas opiniones, fallos o resoluciones tengan un peso moral de tal envergadura que los eventuales diputados sancionados tengan una sanción real por parte de la comunidad”.
Desde RN fueron igual de críticos, con la diputada Núñez acusando que “no tiene sentido que exista la Comisión de Ética si vamos a ser juez y parte y funcionará como títere de una mayoría circunstancial”, y sostuvo que casos como los que competen a dicha instancia deberían ser derivados a “un órgano superior, sin cuestionamiento”.
Este último, sostuvo Eguiguren, debe ser “externo incluso a nuestra propia corporación, para que realmente analice, estudie y, finalmente, falle en criterios éticos donde la verdad, la moral y las buenas costumbres primen por sobre cualquier otro criterio”.