Parlamentarios adelantaron que la validez de grupos negociadores, los eventuales cambios a los servicios mínimos y un nuevo sistema de indemnización serían los temas más complejos a discutir en la reforma laboral.
Desde la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) rechazaron los lineamientos que tendría el proyecto. La reforma será presentada antes de finalizar enero, ya que se incumplió el primer plazo trazado que era diciembre.
La reforma laboral es el tercer proyecto estructural del Gobierno, del que se han adelantado algunas luces.
Entre ellas, y que destaca hoy Pulso, se tratan de especificar los reemplazos internos en caso de huelga, un nuevo sistema de indemnización por años de servicio a todo evento con tope de plazos, flexibilidad laboral y explicitar la validez de grupos negociadores.
La reforma anterior dejó temas pendientes que hoy dificultarían su aplicación, como determinar servicios mínimos en caso de huelga y avanzar en los desahucios e indemnizaciones, dijo el diputado Patricio Melero (UDI).
Para el diputado Raúl Soto (DC), los ejes de la reforma van en sentido contrario a los desafíos del mercado laboral, agregando que la ley debería dejar que los sindicatos tienen una relevancia sobre los grupos negociadores.
La presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, señaló que no están disponibles para abrir un debate que no tiene que ver con el futuro del mercado laboral.
“¿Quieren un movimiento sindical debilitado para seguir impulsando precarización? ¿Para eso quieren hablar del futuro del trabajo? Si es así, estamos en una contradicción vital”, expresó la dirigente.
La reforma laboral en enero se sumará a los proyectos económicos que ya están en el Congreso, la reforma tributaria y el proyecto previsional.