“La Comisión de Ética vale callampa (…) no tengo ningún problema en decirlo”.
Con esas palabras se refirió el diputado Ignacio Urrutia (UDI) a la instancia parlamentaria, donde nuevamente será llevado por la bancada del Partido Socialista.
Lo anterior, luego que el representante de la región del Maule ironizara con la intervención en mapudungún de la diputada Emilia Nuyado (PS), el martes pasado, durante la interpelación que lideró contra el ministro del Interior, Andrés Chadwick.
“La Comisión de Ética era una institucionalidad muy respetada, en casos puntuales los diputados pasaban, ahora cada diputado dice algo que no les gusta y uno pasa a la comisión”, señaló en conversación con Radio Universo. “Lo único que han hecho es destruir una comisión que debía estar por sobre el resto de las comisiones (…) una pena”, añadió.
De paso, aseguró que esa no fue la expresión exacta que utilizó en el hemiciclo: “Yo dije, ministro, contéstele en inglés”.
“Yo considero que ella es la que se está burlando de nosotros. Nadie de los que estaba ahí en la Sala de la Cámara de diputados ni el ministro sabe hablar mapundugun. Así que ¿quién se burla de quién? Ese es el fondo”, apuntó en esa misma línea ayer miércoles a Emol.
En tanto, según dijo a la radioemisora este jueves, previo a la interpelación conversó con Nuyado en la Comisión de Agricultura, de la cual ambos son miembros, donde ella le habría asegurado que no iba a hablar en mapudungún durante su intervención. “Ella me dijo que no sabía (hablar esa lengua)”, remarcó.
Historial ofensivo
Con anterioridad, y en varias ocasiones, Urrutia ha emitido dichos y ha actuado en formas que le han traído problemas, generando molestia en la ciudadanía.
En agosto de 2014, luego que un marino reconociera abiertamente su homosexualidad, el diputado aseguró que éstos no pueden formar parte de las filas de las Fuerzas Armadas porque “las debilitan”.
El 11 de septiembre de 2014, salió gritando del hemiciclo luego que Gabriel Boric pidiera un minuto de silencio en homenaje al expresidente Salvador Allende.
En abril, en tanto, despertó la furia de la diputada Pamela Jiles (PH) tras tildar de terroristas a las víctimas de tortura durante el régimen de Augusto Pinochet.
“No es la primera vez que se entregan estos beneficios (…) estos regalitos a gente que en el fondo en vez de exiliados fueron más que nada terroristas en el pasado”, dijo Urrutia luego que el Gobierno retirara el proyecto de Bono Valech.
A raíz de ese episodio fue multado con 630 mil pesos de su dieta parlamentaria y la Comisión de Ética le aplicó la máxima medida disciplinaria: la censura.
Su último exabrupto ocurrió en julio luego que el abogado Jaime Bassa acudiera a una sesión de la Comisión de Defensa sin corbata ni chaqueta.
En la ocasión, Bassa fue reprendido por algunos parlamentarios, algo que fue criticado por otros diputados al igual que en redes sociales.
En esa línea, el diputado independiente por La Araucanía, René Saffirio (ex DC), pidió que la Cámara le enviara una nota de excusas a Bassa, a lo que Urrutia respondió “ni cagando”.