Según la última Encuesta Nacional de Salud (ENS), el 9,4% de los adultos en Chile tiene diabetes. Es decir, casi un millón y medio de personas padece alteraciones a la producción de insulina. En el Día Mundial de la Diabetes, preocupa que esta sea la séptima causa de muerte en el país.
La diabetes mellitus considera una serie de enfermedades metabólicas que aparece cuando el páncreas no produce suficiente insulina, o cuando el cuerpo no la utiliza eficazmente, afectando el funcionamiento de otros órganos.
Ésta puede producirse por variables no modificables, “como la edad, en el caso de las personas mayores de 45 años, la historia familiar, la etnia y los antecedentes de diabetes gestacional (que podría traspasarse al bebé)”, explicó Paulina Silva, diabetóloga de Clínica Vespucio.
No obstante, la aparición de la diabetes también ocurre, en la mayoría de los casos, por variables que sí son modificables, como el sedentarismo, la obesidad, la mala alimentación y el tabaquismo.
Al respecto, investigadores afirmaron que un 54% de los diabéticos tienen esta condición debido al sedentarismo, mientras que un 3% es debido al tabaquismo, por el efecto tóxico del humo en el páncreas.
“Al realizar actividad física, los músculos captan la glucosa disminuyendo los niveles en la sangre. Por el contrario, al no realizar deporte, el músculo pierde la capacidad de utilizar la glucosa y ésta permanece en el organismo”, aseveró Silva.
La especialista agregó que en el caso del tabaquismo, la condición podría permanecer aunque la persona deje de fumar.
Por otro lado, la obesidad es responsable del 25% de los casos, pues estimula fenómenos inflamatorios crónicos en el organismo, que afectan la capacidad de los músculos para captar y usar la glucosa.
Síntomas y complicaciones
Al comienzo, cuando la glicemia no es muy elevada, la diabetes puede ser asintomática. Sin embargo, cuando los índices superan los 160-180 mg/ dl, esta patología puede ocasionar reiteradas ganas de orinar, exceso de apetito, sed y hormigueo, cansancio, entre otros.
En la misma línea, cuando se presenta una hiperglicemia, las complicaciones son más agudas y crónicas.
Una diabetes avanzada puede derivar en retinopatía (que puede terminar en ceguera), nefropatía (que puede obligar a la diálisis), y neuropatía, que produce -por ejemplo- el pie diabético (que puede derivar en amputaciones).
Asimismo, la enfermedad aumenta el riesgo de contraer infartos y accidentes cerebrovasculares, advirtió la diabetóloga.
Diabetes infantil
La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune que afecta aproximadamente a 12 mil menores en Chile, y se ha convertido en una de las patologías más comunes en la infancia. Es principalmente por causas genéticas.
La pediatra y jefa de la Central de Operaciones de Help, Ana María Bravo, explicó que “los menores son afectados principalmente por la diabetes tipo 1, donde no existe insulina en el organismo porque el páncreas no la produce”.
Además de los síntomas ya mencionados, en niños puede producir pérdida de peso espontánea, presencia de heridas que tardan en sanar, piel seca y picazón, además de visión borrosa.
Bravo enfatizó en que la patología aparece de forma brusca. Así, el diagnóstico precoz y un tratamiento oportuno son esenciales para evitar consecuencias en la vida adulta del menor, como riesgos cardiovasculares, renales, oftalmológicos, traumatológicos y cognitivos.
La profesional explicó que la diabetes tipo 1 se presenta por antecedentes familiares. No obstante, advirtió que se han visto más casos de diabetes tipo 2 en niños, “donde existen factores externos, como el sedentarismo y la obesidad, que favorecen su aparición”.
Hipoglicemia
Por otro lado, la hipoglicemia ocurre cuando los niveles de glucosa en la sangre son muy bajos. “En estos casos de crisis, el aporte de azúcar como tal, por ejemplo en dulces, es lo más efectivo, sin olvidar la hidratación”, aclaró la pediatra.
Agregó que si hay pérdida de conciencia, es necesario transportar a la persona a un servicio de urgencia.
Para evitar esto, sostuvo que el paciente debe estar controlado con su respectivo tratamiento médico. En el caso de los niños, como es más frecuente la diabetes tipo 1, el tratamiento es con insulina, dieta y actividad física.