El arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, insistió en su inocencia sobre un eventual encubrimiento de abusos sexuales y dijo estar tranquilo de cara a su declaración como imputado. Mientras, el Papa Francisco citó para febrero a los presidentes de las Conferencias Episcopales del mundo para abordar la crisis por los abusos sexuales cometidos por religiosos y religiosas.
Ezzati llegó poco antes de las 10:00 horas a las dependencias de la Conferencia Episcopal, en el sector céntrico de Santiago, donde se reunió con otros obispos, entre ellos Héctor Vargas, de Temuco; y Juan Ignacio González, de San Bernardo.
Luego de tres horas de reunión, el arzobispo de Santiago se retiró intentando escapar de las preguntas, abordando escuetamente su situación judicial, donde declarará como imputado probablemente la primera semana de octubre, por eventual encubrimiento.
Consultado sobre si estaba tranquilo de cara a la declaración en calidad de imputado que debe realizar el próximo mes, Ezzati dijo que “absolutamente”, añadiendo que “la verdad es la que nos hace libres”.
En esa línea, defendió nuevamente su inocencia y aunque reiteró que no estará en la ceremonia del Tedeum, aseguró que orará por Chile.
“¿Cómo no voy a participar? Voy a dar gracias a Dios por la patria (…) no voy a estar en la celebración, ya eso lo dije hace un mes atrás, pero por supuesto voy a dar gracias a Dios por la patria”, dijo, mientras intentaba eludir las preguntas.
Valoró además la convocatoria del papa Francisco, quien se reunirá desde el 21 al 24 de febrero con los presidentes de las Conferencias Episcopales del mundo para abordar los abusos sexuales contra menores.
Desde hace meses, el pontífice se enfrenta a una crisis sin precedentes por las continuas revelaciones de escándalos de abusos sexuales en varios países, en particular Australia, Chile y Estados Unidos.
Un exembajador de la Santa Sede, monseñor Carlo María Vigano, llegó a pedir la dimisión del Papa en agosto, tras acusar a Francisco de haber protegido durante cinco años al cardenal estadounidense Theodore McCarrick, sospechoso de agresiones sexuales a seminaristas y clérigos.
A la convocatoria histórica le correspondería asistir al obispo castrense Santiago Silva, presidente de la Cech, quien sería citado a declarar como imputado.
En ese contexto, el experto en la historia de la iglesia, Marcial Sánchez, aseguró que hay que esperar qué pasa judicialmente con Silva de aquí a febrero, pero que si la reunión fuera mañana, no debería asistir por el proceso que vive la iglesia.
“Hay que esperar un poco, pero obviamente si la reunión fuera mañana, bajo la situación que hoy tiene la Iglesia chilena, en lo personal creo que sería muy prudente que él no viajara”, sostuvo.
Además, agregó que esta cita del Papa está dado en un contexto de incertezas, donde se le vino encima el tema de Pensilvania y donde ha recibido fuertes cuestionamientos, donde incluso lo acusan de encubridor.
Juan Carlos Cruz, uno de los denunciantes del caso Karadima, también cuestionó la situación de la Conferencia Episcopal chilena en el marco de esta reunión.
“La Conferencia Episcopal chilena está tan podrida, empezando por su presidente, que no sé a quién vamos a mandar y qué efectos podría tener, si están todos metidos hasta el hombro en esta podredumbre de encubrimiento y de abusos”, dijo.
Pero en la Cech valoraron esta oportunidad. El secretario general, Fernando Ramos, vio como positiva esta convocatoria y dijo que Chile puede aportar en el intercambio de información, debido a los casos ocurridos en nuestro país.
Este lunes, en una declaración inhabitual, el “C9” mencionó una reflexión sobre la estructura y composición del Consejo creado por Francisco poco después de su elección, en 2013, señalando “la edad avanzada de algunos de sus miembros”.
Una portavoz de la Santa Sede, que presentó este miércoles los resultados de la reunión del “C9”, no señaló ningún cambio inmediato en la integración de este Consejo.
Pero todas las miradas se centran en Francisco Javier Errazuriz, de 85 años, acusado de haber hecho oídos sordos ante las víctimas de la pedofilia por parte de sacerdotes en nuestro país, y en el australiano George Pell, de 77, quien enfrenta cargos judiciales por agresiones sexuales contra niños en su país.
Esta nota se redactó con información de la periodista de Radio Bío Bío, Nicole Martínez, y de Agencia France-Presse.