La pugna entre Dorothy Pérez y Jorge Bermúdez no termina. La subcontralora, que actualmente se encuentra suspendida de su cargo, -a la espera de que la Corte de Apelaciones resuelva si puede seguir ejerciendo sus funciones en la Contraloría- volvió a criticar al contralor General de la República.
Dicha polémica tomó fuerza el pasado 20 de agosto, cuando el titular de la entidad autónoma decidió pedirle la renuncia a la segunda máxima autoridad del organismo. Pero ella se negó y amenazó con llevar la determinación a la justicia.
Arrastraban diferencias desde hace meses. Pero la tensión aumentó sobre el final a propósito de una citación a declarar en calidad de testigo que hizo la Fiscalía a la subcontralora, en el marco del fraude en Carabineros, debido a que ella estuvo hasta 2014 a cargo de la división que debía controlar a la institución uniformada.
Días más tarde cumplió su palabra. Acudió a la justicia y probablemente el caso termine siendo desenredado por la Corte Suprema. Mientras el proceso avanza hacia dicha instancia (de momento está siendo revisado por la Corte de Apelaciones), Pérez concretó una nueva arremetida el domingo mediante entrevistas a dos periódicos: La Tercera y El Mercurio.
De acuerdo a su versión, antes que se iniciara el conflicto, el contralor la menoscabó y utilizó un lenguaje hostil contra ella en presencia de subalternos.
“No corresponde que una jefatura frente otra jefatura vaya retirándole sus atribuciones frente a los subalternos. Esas conversaciones se tienen que producir de manera privada”, acusó en su conversación con el matutino del grupo Copesa.
De paso, aseguró que no hay argumentos de derecho para exigir su salida y que la razón de fondo tiene que ver con que ella no quiso “firmar de manera sumisa documentos que eran improcedentes”, y que se negó “a firmar sumarios que ya estaban prescritos”.
Pérez sostiene que el contralor ha ido cambiando sus argumentos. “Primero, porque me habían citado como testigo; después, por una seguidilla de situaciones personales; ahora vamos en otras circunstancias. Todos los días está cambiando la argumentación”, dijo en su entrevista a El Mercurio.
Contraloría ya perdió
“Es evidente que la institución se ha visto afectada”, admitió Pérez respecto al daño reputacional que la pugna ha depositado sobre Contraloría.
Por eso es que la situación ha generado rechazo en distintos sectores políticos. El presidente del Senado, Carlos Montes, señaló que esta polémica se debió resolver internamente e interpeló al contralor a resolver rápido este conflicto.
“Esto debilita a la Contraloría. Esto no ayuda en nada. Entramos por un mal camino. Hay que resolverlo pronto”, admitió el parlamentario.
La misma visión comparte el presidente de la DC, Fuad Chahín, quien se mostró preocupado por la sanidad de la Contraloría e hizo un llamado a la prudencia.
“Me parece que le hace mucho daño de la Contraloría. Estoy muy preocupado por lo que está ocurriendo. Necesitamos una Contraloría que esté tranquila. Hemos visto acciones y declaraciones que no son prudentes. No corresponden a autoridades de un órgano tan importante como la Contraloría”.
De paso, el daño podría ir más allá. Dorothy Pérez aseguró que el nombramiento de María Soledad Frindt como nueva subcontralora es una irregularidad y genera una situación compleja, ya que los actos administrativos que ella firme podrían declararse nulos tras el proceso judicial en curso.
“Es una situación irregular, que no puede generar derechos adquiridos. Además, los actos que ella esté firmando podrían luego declararse nulos”, dijo.
Contralorito soez
En este caso, la mayoría de las versiones apuntan a que Bermúdez utilizó la citación a declarar del Ministerio Público para pedirle la renuncia.
Pero Pérez recalcó que no tiene responsabilidad en la anulación del sumario que en 2010 se ordenó contra el Departamento de Remuneraciones de Carabineros, pese a que su testimonio frente al fiscal Eugenio Campos por ese episodio fue el que desencadenó -de acuerdo a Bermúdez- la bullada salida del cargo.
Los antecedentes señalan que las diferencias pasaron por muchos puntos.
Uno de los que más llamó la atención fue la disputa por el uso de las redes sociales. Contralorita y Contralorito son las mascotas y rostros de la institución, pero durante el último año su participación en la agenda del organismo comenzó a ser clave a la hora de comunicar los fallos relevantes por medio de explicaciones simples a la ciudadanía.
“Tanto al contralor como el jefe de gabinete les planteé que el manejo de las redes sociales podría ser un poco más prudente y delicado respecto del tipo de lenguaje que se estaba usando. Contralorito empezó a utilizar memes o hacer parodias de textos que estaban en lenguaje soez, derechamente palabras que son inapropiadas para una institución pública”, aseguró.
De acuerdo a Pérez, tanto el contralor como el jefe de gabinete minimizaron la situación y le señalaron que en realidad no era un problema.
Le insistieron “que este era el lenguaje con el que hablaban los jóvenes, y puede ser eso muy cierto, pero también es verdad que nosotros tenemos un deber legal que cumplir. Si vamos a informar a la ciudadanía, tenemos que hacerlo correctamente”, recalcó.