La tarde de este jueves el presidente Sebastián Piñera concretó su primer cambio de gabinete, tras múltiples polémicas que han rodeado a sus ministros.
El primer movimiento de piezas ministeriales se dio a 5 meses de iniciado el mandato, en un contexto de aprobación a la baja, tal como indican diversos sondeos de opinión.
De entre los ministros más cuestionados, Gerardo Varela de Educación y Alejandra Pérez de Cultura, salieron de sus cargos, mientras que Emilio Santelices de Salud, y José Ramón Valente de Economía, se mantuvieron.
Estos son los tropiezos más mediáticos que han marcado hasta ahora el paso de los secretarios de Estado por La Moneda.
Condones para los campeones
Quien más veces fue cuestionado fue el ahora exministro de Educación, Gerardo Varela, quien tropezó varias veces con sus palabras ante la opinión pública.
En abril, el exsecretario de Estado aseguró en conversación con Radio Universo que “a mis niños los he educado sin abejitas. De hecho les he ido a comprar (condones) porque no se atreven cuando chicos”.
En la entrevista, a Varela se le comentó sobre la entrega de condones en los consultorios, pero argumentó, entre risas, que la compra a sus hijos respondía a que sus hijos “son unos campeones, necesitan más de tres parece”.
Luego, explicó que “uno con sus hijos tiene ciertos niveles de libertad y responsabilidad que no necesariamente lo tiene con los niños ajenos, yo no le puedo decir a usted como tiene que educar a los suyos”.
Como consecuencia, Varela recibió críticas incluso desde su propio sector político.
Ocho días después, Varela desató la furia de la oposición y de los defensores de las reformas educacionales de Bachelet cuando le pidió perdón a los sostenedores de colegios particulares subvencionados “por lo mal que los han tratado”.
Sin embargo, no fue la última vez que se refirió en estos términos, ya que a principios de julio aseguró ante los sostenedores que la Ley de Inclusión es una mala política pública.
Criticó también que se perdieron cuatro años en discusiones que sólo interesan a los “ideólogos”, en alusión a la reforma educacional.
En mayo Varela también fue cuestionado por tildar acoso a estudiantes como “pequeñas humillaciones”.
Al momento de presentar a dos profesionales que fueron con él a la sesión, Varela dijo: “Nos acompañan Antonia Bezanilla y Verónica Retamal, ingeniera civil de la Universidad Católica y abogada de la Universidad de Chile, respectivamente, que nos están ayudando en este tema. Ellas tienen la experiencia más reciente de haber transitado por universidades prestigiosas del país y haber experimentado esas pequeñas humillaciones y discriminaciones que son las que estamos llamados a solucionar”.
Más tarde, se explicó insistiendo en el calificativo de “pequeñas”, agregando que a su parecer ese tipo de actos son “que un profesor se concentre, por ejemplo, en educar en matemáticas a los hombres y no a las mujeres, debe ser por igual. Son esas pequeñas cosas, o un comentario del escote de una mujer en un examen oral. Esas son las humillaciones que tenemos que terminar”.
“Lo que dije es que las grandes humillaciones a las mujeres siempre las ha recogido el derecho: las violaciones, el abuso sexual, está recogido por el derecho penal hace mucho tiempo. De lo que estamos hablando aquí es sobre esas pequeñas humillaciones que ocurren cotidianamente, esas son las que el derecho debe hacerse cargo, las normas de convivencia deben hacerse cargo, de manera que haya tolerancia cero hacia la discriminación de género”, agregó al citado medio.
Posteriormente, en julio, el exministro protagonizó una nueva polémica durante el fin de semana, cuando recomendó realizar bingos para mejorar las infraestructuras de recintos educacionales.
Dichas declaraciones, informó CNN Chile, las emitió en la ceremonia de aniversario de Enseña Chile. En concreto, reclamó contra quienes “exigen que el Estado se haga cargo de problemas que son de todos”.
“Todos los días recibo reclamos de gente que quiere que el Ministerio le arregle el techo de un colegio que tiene goteras, o una sala de clases que tiene el piso malo. Y yo me pregunto, ¿Por qué no hacen un bingo?”, manifestó el ministro durante su discurso.
Varela, en la misma línea, añadió: “Por qué desde Santiago tengo que ir a arreglar el techo de un gimnasio. Son los riesgos del asistencialismo, la gente no se hace cargo de sus problemas, sino que quiere que el resto lo haga”.
Posteriormente, Varela concedió una entrevista a Radio Infinita, en la que pidió que “no se queden con la literalidad de mis palabras, problemas chicos deben solucionarse a nivel local”.
“Si se han malinterpretado las palabras, las cambio. Sí tenemos un problema en infraestructura, el Estado no se las puede solo. Es un trabajo que tenemos que hacer todos”, añadió.
“¡A patadas!”
La ahora exministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Alejandra Pérez, fue criticada por su propio sector en mayo cuando detalló su determinación respecto de pedirle la renuncia al director del Museo Histórico Nacional (MHN), Pablo Andrade.
Lo anterior, luego de la polémica que se creó con la exposición “Hijos de la Libertad: 200 años de Independencia” que estaba siendo presentada en ese lugar y que contaba con la presencia del dictador Augusto Pinochet.
Entonces, la titular de la cartera recalcó que “un museo público no puede avalar o inducir a un error respecto a la educación democrática y la vocación libertaria que tenemos como país”.
“Esta desprolijidad (…) yo la considero grave”, admitió, y recalcó que “no podemos nosotros de tener ese nivel de errores y, de alguna forma, de frivolidad”.
Entre otras reacciones, destacó la del senador Iván Moreira (UDI), quien pidió la salida de la ministra.
A través de su cuenta de Twitter, el cuestionado senador indicó que “quien debiera renunciar es (la) ministra de Cultura por querer cambiar la historia”.
Más adelante, en junio, se vio envuelta en un cruce de palabras con el senador de Renovación Nacional, Francisco Chahuán.
Este último criticó a la titular de Cultura, cuestionando sus capacidades. “Nadie sabe cómo resolver el problema, porque la ministra no es sabida (entendida en la materia)”.
Pero, además, reveló que la ministra concedió una entrevista a El Mercurio de Valparaíso y luego pidió que no se publicara.
“Después pidió que no se publicara. Fue una vergüenza. La debieran haber hecho salir a patadas de este Gobierno. ¡A patadas!”, exclamó.
A esto, Pérez respondió que “en el Chile de hoy no es aceptable ese lenguaje (…) Si el senador saca a patadas a la gente que no le gusta, es un problema serio”.
Pérez además indicó que “me parece extraño su punto de vista”, ya que ella había conversado con él en varias oportunidades.
Valente y Santelices, los que se salvaron
Valente fue fuertemente criticado en su calidad de ministro de Economía por haber calificado de buena idea sacar parte de las inversiones de Chile y llevarlas al extranjero, detallando una serie de beneficios.
Ante la pregunta “¿le recomendaría a un inversionista chileno trasladar parte de su inversión en Chile al exterior como lo ha hecho usted?, el titular de Economía respondió “definitivamente la respuesta es sí”.
“¿Sabe por qué? Porque yo creo que todos, digamos, no es sano que pongamos todos los huevos en la misma canasta (…) así como lo hacen los fondos de pensiones”, añadió.
Las declaraciones de Valente llegaron junto con los “bingos” de Varela, por lo que el presidente Sebastián Piñera debió responder a cuestionamientos desde México, durante una gira internacional.
El ministro de Salud, Emilio Santelices, quien se mantiene aún en su cargo, enfrentó incluso una interpelación en la cámara de diputados por la modificación que realizó su administración al protocolo de objeción de conciencia en la Ley de Aborto en tres causales.
El cambio fue realizado apenas 10 días de asumido el nuevo mandato de Sebastián Piñera.
En concreto, se quitaron las limitaciones para la objeción de conciencia de instituciones, que en principio se había condicionado a la obligación de no recibir recursos estatales.
Sin embargo, en mayo la Contraloría General de la República dictaminó que el protocolo de objeción de conciencia del Ministerio de Salud no se ajusta a derecho.
El organismo liderado por Jorge Bermúdez argumentó que las instituciones privadas que tengan convenio con el Estado tampoco pueden acogerse a la objeción de conciencia, puesto que al recibir financiamiento público se entiende que sustituyen a los servicios de salud y que forman parte de la red pública de salud.
Finalmente, el Ministerio de Salud (Minsal) entregó a fines de junio una nueva versión del reglamento, en que se retomó la norma contemplada en la versión original elaborada durante la administración de Michelle Bachelet.
Este no fue el único traspié sufrido por Santelices, ya que en julio se dio a conocer que vendió su paquete de acciones de la empresa Sonda, la cual presta servicios a Fondo Nacional de Salud (Fonasa) y mantiene un contrato por US$ 2 millones.
El secretario de Estado había adquirido las acciones -avaluadas en $40 millones- el 13 de marzo mediante la Sociedad de Inversiones San Gabriel, días después de asumir la jefatura de la cartera.
Pese a ello, a través de una comunicado, el Gobierno aseguró que la transacción ocurrió en 2017, específicamente, entre el 19 y 21 de julio.
Aseguraron que se trató de un error cometido por el contador del ministro.