El exministro y exsenador Pablo Longueira calificó la investigación judicial en su contra por el Caso SQM como “una persecución implacable e injusta” en contra suya y de su familia por parte del fiscal Pablo Gómez. Dijo que el persecutor se irá a vivir fuera de Chile y que “se fugará de sus obligaciones”·
Mediante un comunicado titulado “Termina la etapa de la persecución y llega la hora de la justicia” -emitido tras la formulación de cargos en su contra publicados ayer lunes- Longueira se refirió a Gómez con una serie de adjetivos negativos.
El fiscal pide en su contra dos penas de 818 días de presidio menor en su grado medio, además de una multa de más de $200 millones de pesos. Además, podría quedar con inhabilitación para ejercer cargos públicos por 5 años y 1 día.
Todo esto, enfrentando acusaciones de cohecho y de delitos tributarios consumados y reiterados.
Longueira, tras expresar su molestia por los allanamientos a su casa y oficina, en que asegura que “amedrentaron” a su familia y colaboradores, defendió que “yo no he recibido ni un solo peso para mi de la empresa Soquimich ni de ninguna otra empresa”.
Se declaró “víctima, además, de destempladas declaraciones y filtraciones ilegales que intentaron desacreditar una vida dedicada al servicio público”.
Dijo que en el Juicio Oral demostrará que jamás he cometido delito alguno y que “no aceptaré ninguna salida negociada”.
“Quiero hoy denunciar públicamente, que el mismo fiscal que hoy me acusa, sin que posteriormente haya cambiado ningún hecho, ofreció durante meses a mi defensa una salida alternativa que eliminaba el delito de cohecho. Sí, aunque parezca increíble y sea difícil de creer, ello fue así”.
“Ha llegado el momento en que todo Chile sepa cómo actúan algunos fiscales”, sentenció.
Relató que a pocos días de negarse a aceptar la salida alternativa, “en una evidente actitud de revancha, encono e intimidación, el fiscal allanó personalmente mi casa particular de madrugada, mientras aún dormíamos, para llevarse dos computadores que ofrecimos entregar voluntariamente y que, una vez incautados, estuvieron meses sin revisar”.
Emplazó directamente al fiscal Gómez de que su salida del país anunciada para después de presentar la acusación (por lo que no participará en el juicio) a quedarse en el país para que “se haga responsable y que asuma personalmente el resultado del proceso que acreditará mi inocencia”.
“Es fácil acusar sin fundamento y luego fugarse de sus obligaciones”, acusó, agregando que “no puede ser que el resultado de una investigación dependa de las preferencias políticas del equipo de fiscales que investiga una causa”.
“Termina la etapa de la persecución y llega la hora de la justicia”
“Desde hace casi tres años, mi familia y yo hemos sido objeto de una persecución implacable e injusta por parte del fiscal Pablo Gómez en la causa denominada Soquimich.
En el transcurso de esta investigación allanaron mi casa y mi oficina, amedrentando a miembros de mi familia y a mis colaboradores en las funciones públicas que desempeñé, a pesar de que permití el acceso voluntario a mis cuentas corrientes personales y de las fundaciones que creé. Buscaron, infructuosamente, encontrar evidencias que desmintieran la verdad: que yo no he recibido ni un solo peso para mí de la empresa Soquimich ni de ninguna otra empresa. Fui víctima, además, de destempladas declaraciones y filtraciones ilegales que intentaron desacreditar una vida dedicada al servicio público.
En el marco del juicio oral demostraré, con toda mi fuerza, que jamás he cometido delito alguno –menos aún el de cohecho- porque todos quienes conocen mi trayectoria pública, hayan sido partidarios o detractores, saben que siempre me auto impuse normas éticas muy superiores a las legales. He procurado en mi vida ser una persona correcta y honorable. Me pregunto ¿qué harán mis feroces perseguidores cuando se acredite mi inocencia?, ¿de qué manera repararán todo el daño que me han ocasionado a mí y a mi familia? No he cometido cohecho, no soy responsable de delitos tributarios y así lo determinaron sucesivas y distintas administraciones del Servicio de Impuestos Internos, organismo encargado del cumplimiento tributario, que decidieron no interponer querella en mi contra porque no existe ningún antecedente que las hubiera justificado.
Soy un hombre de paz y no conozco el rencor, pero llegó la hora de que los fiscales respondan cuando actúan con escaso profesionalismo y carecen de la más mínima imparcialidad en la gestión de sus causas. La Ley los obliga a ser objetivos.
Quiero hoy denunciar públicamente, que el mismo fiscal que hoy me acusa, sin que posteriormente haya cambiado ningún hecho, ofreció durante meses a mi defensa una salida alternativa que eliminaba el delito de cohecho. Sí, aunque parezca increíble y sea difícil de creer, ello fue así.
Ha llegado el momento en que todo Chile sepa cómo actúan algunos fiscales.
A los días de negarnos a aceptar una salida alternativa, en una evidente actitud de revancha, encono e intimidación, el fiscal allanó personalmente mi casa particular de madrugada, mientras aún dormíamos, para llevarse dos computadores que ofrecimos entregar voluntariamente y que, una vez incautados, estuvieron meses sin revisar.
Se ha sabido públicamente que el fiscal acusador, luego de presentar la acusación y antes del juicio oral, trasladará su residencia al extranjero y no participará en el juicio. Lo emplazo a que se haga responsable y que asuma personalmente el resultado del proceso que acreditará mi inocencia, y no se vaya antes del país. Es fácil acusar sin fundamento y luego fugarse de sus obligaciones.
Ha llegado el momento de que todos los ciudadanos tengamos igualdad de trato frente a los fiscales. No puede ser que el resultado de una investigación dependa de las preferencias políticas del equipo de fiscales que investiga una causa.
He aceptado en silencio años de persecución injusta de este equipo de fiscales. Para reivindicar el ejercicio de la actividad pública ratifico que no aceptaré ninguna salida negociada, que defenderé mi inocencia con las armas del Derecho y que, una vez declarado inocente de esta persecución, consagraré todos mis esfuerzos al objetivo de que los ciudadanos, cualquiera sea su posición política, no queden sujetos al arbitrio de fiscales sesgados y parciales. Confío en el Poder Judicial de mi querido país y en su capacidad para aplicar la ley sin discriminaciones ni sesgos políticos. Ha terminado la etapa de persecución y llega la hora de la Justicia”.
Pablo Longueira Montes