El presidente de la República, Sebastián Piñera, fue acompañado en una actividad por el lonko Aniceto Norin, condenado en 2003 por 5 delitos terroristas en el Caso Lonkos, pero que en 2014 terminó en un fallo contra Chile en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Lo anterior, en el marco del gran Encuentro con Lonkos y Machis por la Cultura, realizado durante la mañana de este jueves en el Pabellón “El Amor de Chile”, en la capital de La Araucanía, donde realizaron una rogativa “al señor de todas las cosas”.
En el Día del Árbol, Aniceto y el Mandatario fueron parte de una ceremonia en la que plantaron un canelo, árbol sagrado mapuche.
Tras ello, pese a la pugna que lo enfrentó por largo tiempo con el Estado, al cierre del encuentro se dieron un efusivo abrazo frente a todos los asistentes. Incluso, tras ello, el Lonko le entregó una hoja de Canelo para que Piñera se la llevara a La Moneda.
Sin embargo, en 2003 los tribunales chilenos condenaron por terrorismo a Norín, al fallecido lonko Pascual Pichún, los dirigentes Víctor Ancalaf, Jaime y Juan Marileo, José Huenchunao, Juan Millacheo y la activista Patricia Troncoso.
Pero en 2014 una demanda ante la CIDH ordenó a Chile dejar sin efecto esas condenas dictadas bajo “una Ley Antiterrorista violatoria del principio de legalidad y del derecho a la presunción de inocencia” y que incurrían en “razonamientos que denotan estereotipos y prejuicios”.
De este modo, en ese momento se sentó un precedente relevante para Chile y Latinoamérica respecto a la “errada política de criminalización del pueblo mapuche”.
Por todo eso las señales entregadas este jueves tras el cálido encuentro entre el líder mapuche y el actual Mandatario marcaron un hecho significativo durante el paso del Presidente por Temuco.