La Conferencia Episcopal de Chile (CECH) afirmó ayer jueves que les costó reconocer la “cultura del abuso” al interior de la Iglesia, concepto utilizado por el papa Francisco en una nueva carta enviada a los católicos de Chile.
En dicho documento, de ocho páginas, el líder religioso reconoció que las principales faltas y omisiones que tuvieron las altas autoridades católicas fueron por no saber escuchar a las víctimas. “Así se construyeron conclusiones parciales a las que faltaban elementos cruciales para un sano y claro discernimiento. Con vergüenza debo decir que no supimos escuchar y reaccionar a tiempo”, dice en la misiva.
Francisco, además, reconoció una “cultura del abuso y el encubrimiento”, la que pide terminar. Este aspecto fue abordado por el secretario general de la Conferencia Episcopal, el obispo Fernando Ramos. “Costó entender que pudiese ocurrir algo así”, lamentó.
En la instancia, inevitable fueron las preguntas sobre el paradero del obispo de Osorno, Juan Barros, quien no ha regresado a su diócesis después de reunirse con el Papa. En la CECH aseguraron desconocer su paradero.
Al respecto, el obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González, salió al paso de las críticas afirmando que el Papa debe resolver este problema. Mientras, uno de los voceros de los Laicos de Osorno, Juan Carlos Claret, pidió que dé la cara.
Nuevos encuentros con Francisco
Hoy viernes, en tanto, comenzaron las actividades en El Vaticano los cinco sacerdotes y dos laicos abusados por Fernando Karadima, ad portas de la llegada del arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y el sacerdote Jordi Bertomeu, el 12 de junio.
En su llegada a Roma, el sacerdote Eugenio de la Fuente, anticipó que “queremos encontrarnos con él, poder conversar tranquilamente, contar nuestra experiencia y desde ahí aportar”.
En esa línea, afirmó que están agradecidos por la invitación y que es un consuelo ser recibidos por el Papa. “Traemos esperanza”, aseguró.
En tanto, Francisco Astaburuaga, sacerdote que ha acompañado a víctimas de abusos durante 20 años, destacó que existan estas instancias de diálogo. “Hace 20 años jamás iba a pensar que estaría conversando con el Santo Padre”, sostuvo.
Asimismo, valoró de manera positiva la vuelta de Scicluna y Bertomeu a Chile, ya que, según él, es un gesto que demuestra una preocupación especial para solucionar los problemas.
Astaburuaga detalló que primero acudirán a una misa en conjunto, todos los invitados, y luego pasarán a los encuentros individuales con Francisco.