El ministro de Educación, Gerardo Varela, pidió perdón a los sostenedores de los colegios particulares subvencionados “por lo mal que los han tratado”, asegurando que han sido víctimas de críticas fundadas en el “desconocimiento y prejuicios” y de leyes promulgadas durante el mandato anterior.
“Llegaron los tiempos mejores”, agregó, según lo registró La Tercera.
Esto último, dirigiéndose a la Coordinadora de Colegios Particulares Subvencionados A.G. durante una asamblea ampliada efectuada la tarde de este martes.
Reconoció la molestia de los sostenedores han tenido “años difíciles”, sin embargo, admitió que “no podemos resolverlo todo, hay ciertas reformas que son leyes de la República y que tenemos que implementarlas, porque Chile ya discutió y zanjó estos temas”.
Respecto a la Ley de Inclusión, comprometió “hacer los ajustes correspondientes para que funcione de la mejor manera posible, para que no frene el desarrollo de nuestros niños y para que no se haga más difícil el trabajo en la sala de clases”.
Sus palabras fueron valoradas por el presidente de la Coordinadora de Colegios Particulares Subvencionados, Luis Cañas.
Y añadió que esperan que “nos permita devolver a los padres la libertad de elegir, que entregue certeza a los sostenedores y profesores de que los proyectos educativos se van a poder prolongar hacia el infinito y más allá, y que nuestros alumnos vuelvan a tener igualdad de trato”.
Cuestionamientos desde el PPD
Diputados del Partido Por la Democracia que participan en la Comisión de Educación criticaron en duros términos las palabras del ministro, asegurando que con sus palabras está cuestionando el trabajo del Congreso y de leyes aprobadas en democracia.
La diputada y presidenta de dicha comisión, Cristina Girardi, calificó el discurso como “una falta de respeto”, y sostuvo que “yo pediría perdón por la dictadura y por las cosas que se impusieron como la educación municipalizada”.
En tanto, el diputado y también miembro de la comisión, Rodrigo González, calificó las palabras como “una mezcla entre un llamado a la subversión e hipocresía”.
“Por un lado llama a los sostenedores a rebelarse en contra de las leyes aprobadas, y por otro lado, está diciendo hipócritamente que hay que respetarlas”, criticó.