Un sonido agudo y silbante se escuchaba la mañana del sábado en el Sanatorio Alemán de Concepción. Según un video enviado a BioBioChile, el ruido provenía del edificio que resultó seriamente dañado tras la explosión que provocó la muerte de tres personas.
Según expertos, podría perfectamente tratarse del gas escapando por alguna cañería rota, situación que deberá ser aclarada en la investigación en base a los peritajes que han realizado la policía y los organismos técnicos.
Lo que se conoce hasta ahora, es que durante esa mañana se estaban realizando trabajos de demolición para hacer una rampla de acceso para discapacitados, con herramientas neumáticas de aire comprimido.
Asimismo, los peritos encontraron una cañería rota y un martillo mecánico, que a primeras luces pertenecería a los trabajadores.
¿Cuál es el protocolo?
Según la legislación del Ministerio del Trabajo, todos los edificios donde estén personas laborando deben contar con un plan de emergencias, aunque exista un solo empleado.
Dicho protocolo debe ser explicado y probado, ejecutando simulacros. En una situación de estas características, lo que dicta la norma es cortar el suministro de gas y en lo posible la electricidad, llamar de inmediato al proveedor, en este caso Gas Sur, y a Bomberos.
Una vez que los equipos técnicos llegan al lugar, deben rápidamente determinar el origen de la fuga y si hay presencia de gas en las instalaciones.
En paralelo, se debe evacuar al personal, y sólo se puede autorizar su reingreso una vez que se ha confirmado que no hay gas en ningún lugar del edificio. Esto último es muy importante, debido a que el gas natural, o denominado coloquialmente “de cañería”, siempre escapa hacia los niveles superiores, pudiendo embolsarse en ductos de aire o ventilacion que sirven para propagar gases o fuego a otros sectores de un edificio tal como sucedió en el Mall Plaza El Trébol en 2012, según destaca Rodrigo Orellana, especialista en Protección Pasiva y Activa al Fuego, e Incendios Industriales.
Esas mediciones podrían tardar fácilmente más de una hora, tomando en cuenta la complejidad de la estructura y que la revisión debe hacerse exhaustivamente piso por piso.
El siseo previo a la explosión
En contacto con BioBioChile, el comandante de Bomberos de Talcahuano, Paolo Fregonara, explica que, debido a las distintas presiones en las que se distribuye el gas y dependiendo del tipo de cañería, efectivamente es posible escuchar un silbido desde la fuga.
Fregonara, quien además es ingeniero en Prevención de Riesgos y máster en Protección Civil y Gestión de Emergencias, asegura que es necesario explicar la diferencia entre el gas licuado a petróleo, que es el que se vende en cilindros, y el gas natural, que es conocido como “de cañería”.
Químicamente son distintos, porque mientras el primero es una mezcla de propano y butano, el “natural” es casi un 95% metano. Sin embargo, es importante consignar que ambos en estado puro no tienen olor, por lo que se agrega un compuesto sulfurado llamado mercaptano, para “olorizar” el gas y prevenir a las personas ante una fuga.
“Por lo tanto, si existe olor a gas, efectivamente hay presencia de gas inflamable en el ambiente, porque la mezcla entre el olorizante y el gas, es homogénea, no hay separación y no puedo decir ‘sólo quedó el olor, pero el gas ya se fue’, eso es un error. Si hay olor, es porque hay presencia de gas inflamable”, aseguró.
En ese sentido destacó la importancia de realizar mediciones con instrumentos. “El olor a gas es un olor muy fétido que puede impregnarse en el ambiente y efectivamente pudiese no ser peligroso, pero la forma de identificar el riesgo y cerciorarse que es un ambiente seguro, es mediante instrumentos de medición. No hay otra forma de verificarlo”, aseveró.
Asimismo, explicó que “mientras más grande es la infraestructura, más compleja es la medición, porque el comportamiento del gas es complejo, se forman bolsones atrapados y no ventilados en alguna parte, por lo tanto se debe verificar todo el edificio para determinar que el gas se fue”.
En este caso, según los primeros antecedentes, todo apuntaría a una fuga de gas natural. Aunque, todo deberá ser ratificado en la investigación oficial.
Los daños
La explosión dejó importantes daños en el edificio, debido a que según indica el comandante Fregonara, las estructuras están hechas para soportar esfuerzos mecánicos de soportación y de movimientos telúricos, pero no para una sobrepresión interna como la explosión por combustión, que puede puede llegar a alcanzar fácilmente hasta 1 bar en la zona de ignición. Lo suficiente para destruir totalmente una estructura y requerir la demolición total, y matar instantáneamente a las personas que se encuentren en ese radio.
Además, el experto sostuvo que en este caso se habla de una deflagración, ya que la velocidad de la onda de choque no supera la velocidad del sonido.
“Esto también pudo haberse inflamado y haber generado una gran llamarada que se apaga de forma inmediata, pero si la concentración es mayor y si el gas se mantiene en una estructura relativamente cerrada, entonces se produce la explosión”, sentenció.