La mañana de este martes el Gobierno de Chile puso suma urgencia al proyecto de Ley de Identidad de Género. Iniciativa que se convirtió en la bandera de la agenda de diversidad de género de la gestión de Michelle Bachelet.

El proyecto, que se encuentra en su tercer trámite en el Congreso, pretende reconocer derechos de la población trans y les permitirá cambiar su sexo registral. La urgencia, ahora, significa que el Senado cuenta con 15 días para despachar su texto.

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Ayer, la vocera Paula Narváez, afirmó que las esperanzas del Ejecutivo están puestas en que esta semana se concluya su tramitación. Lo que generó muchos cuestionamientos desde la vereda de Chile Vamos, por ejemplo, la senadora y presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, catalogó el proyecto como “muy malo”.

Puntos conflictivos

En la actualidad las personas trans deben solicitar su cambio de nombre ante tribunales, quienes -a pesar de fallar constantemente a su favor- les exigen peritajes que la comunidad LGBTI suele denunciar como denigrantes. Además el procedimiento legal puede tardar años, con todo el costo económico y emocional que ello involucra.

Cabe recordar que en la discusión en particular dentro del Parlamento, el punto más conflictivo del proyecto fue la regulación de los casos de menores de edad, respecto de quienes aún se discuten los requisitos para poder modificar su nombre y sexo legal.