El papa Francisco aterrizó este lunes en Santiago casi una hora antes de lo previsto, para realizar una visita de tres días que lo llevará también por Temuco e Iquique, antes de proseguir su gira por Perú.
La presidenta Michelle Bachelet y tres niños que le entregaron un ramo de flores recibieron al Papa al pie de la escalerilla del avión, así como miembros de la iglesia y otras autoridades.
El fuerte viento hizo que Francisco, que inicia su sexto viaje a la región, se quitara el solideo al salir del avión.
Tras el saludo protocolar, el máximo representante de la Iglesia Católica abordó un Hyundai Ioniq eléctrico acompañado de una extensa caravana de seguridad.
Su primera parada la hizo en la Parroquia San Luis Beltrán en la comuna de Pudahuel, en donde, acompañado del cardenal Ricardo Ezzati, visitó la tumba de Enrique Alvear Urrutia, el “obispo de los pobres”.
Tras unos 5 minutos donde rezó y bendijo una imagen de la virgen, el obispo de Roma retomó su viaje a bordo del vehículo, rodeado de un amplio contingente de seguridad, a lo que se sumó la gran presencia de carabineros en las calles.
Recordemos que Carabineros anunció la presencia de 18 mil efectivos policiales, los que se hicieron notar en todo el recorrido del Papa.
Sin embargo, algunos expresaron su disconformidad debido a que el romano pontífice sólo abordó el Papamóvil en Alameda con Brasil, por lo que no fue posible verlo con claridad.
Pese a todo, Francisco hizo el trayecto con la ventanilla abajo, para saludar con su brazo extendido a las personas que esperaban a su paso.
Una vez a bordo del Papamóvil, Francisco acompañado de Ezzati, siguió rumbo a la Nunciatura Apostólica ubicada en Providencia, que es en la práctica la sede diplomática de El Vaticano.
En ese lugar, el líder religioso se bajó del vehículo donde fue recibido por dos niños y un coro del Colegio Verbo Divino. Allí, Francisco se acercó a las personas que le esperaban, donde recibió diversos regalos y fotografías.
Tras ese “baño de multitudes”, el Papa ingresó a la nunciatura para tener una cena privada con el nuncio apostólico en Chile, Ivo Scapolo, junto a los líderes de la iglesia católica en nuestro país.