En Honduras, en el Aeropuerto Internacional Toncontín de la ciudad de Tegucigalpa, el Boeing 737-500, reconocido como el avión presidencial, manifestó problemas mecánicos una vez más.
Los desperfectos se originaron luego de que la presidenta Michelle Bachelet abordáse el avión de la Fuerza Aérea, por lo que tuvo que bajar de la aeronave.
Según los primeros antecedentes, el problema técnico se produjo en un motor de partida y arreglarlo tardaría al menos dos horas.
Ante la situación, y los compromisos asumidos por la gobernante en su gira por Centroamérica, la FFAA dio una salida alternativa para continuar el viaje a Barbados. Por ello, Bachelet abordó el Boeing G4 -de fuselaje medio, con autonomía máxima de 7 horas-, donde viajaban los ministros de Estado, quedando el resto de la comitiva, incluida la prensa, en tierra a la espera del arreglo del avión presidencial.