El empresario Carlos Cardoen asistió ayer a la Comisión de Derechos Humanos del Senado para pedir “auxilio” a los miembros de dicha instancia parlamentaria por la alerta roja decretada por Interpol en su contra desde hace 24 años.
Allí fue recibido por Jacqueline Van Rysselberghe (UDI), Pedro Araya (IND), Juan Pablo Letelier (PS) y Alejandro Navarro (PAIS).
En concreto, expuso que dicha restricción le ha impedido salir de Chile durante todo ese tiempo. Por ello, reclama que la medida le significa una grave violación a su libertad de desplazamiento.
Además, de acuerdo a El Mercurio, Cardoen expuso que la alerta roja de Interpol es una “persecución política” en su contra.
Lo anterior, debido a que el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a Industrias Cardoen de haber vendido bombas de racimo, por un valor de 150 millones de dólares, al régimen de Saddam Hussein en Irak, que se mantenía en guerra con Irán.
Según la denuncia estadounidense, las bombas de racimo habrían sido fabricadas en Chile con circonio obtenido ilegalmente en Estados Unidos, aunque Cardoen asegura que la venta de las bombas fue concretada con pleno conocimiento y aval de EEUU, que en ese tiempo no consideraba a Hussein como un enemigo.
En ese entonces, también se le confiscaron sus propiedades en Florida por un valor de 30 millones de dolares.