Alejandro Guillier realizó una cerrada defensa de su candidatura presidencial, asegurando que se encontró como candidato “ante la falta de liderazgo”. Asimismo, aseguró que Chile es un país de centroizquierda “pero le gustan los cambios moderados”.
En entrevista con el diario español El País, el precandidato oficialista se refirió a diversos temas, como por ejemplo la bajada del expresidente Ricardo Lagos, en la que se vio envuelto debido a que el partido Socialista, donde precisamente militaba el exmandatario, eligió su figura como postulante a La Moneda.
Al respecto, Guillier aseguró que esta situación se debió a “un cambio de época. Chile, como todos los países, está viviendo cambios aceleradísimos y las élites no se han percatado a tiempo”.
En ese sentido, aseguró que quienes se inclinan por su candidatura están buscando una figura que no esté “contaminada” con la corrupción política, en directa alusión a los casos de financiamiento irregular de campañas políticas y negocios al filo de la legalidad, como lo que actualmente se le cuestiona a Sebastián Piñera.
“No me ven contaminado con la corrupción política ni desgastado por las prácticas cupulares. Políticos antiguos que no están tocados por la corrupción, como Lagos, pertenecen a un Estado que ya pasó. La sociedad comienza a buscar otros liderazgos en los medios de comunicación, que ve todos los días”, señaló.
En ese desmarque de los políticos tradicionales, Guillier aseguró que “la gente me identifica como una persona de centroizquierda”.
No obstante, reconoció el “daño” que le ha causado la crítica permanente a la falta de contenido en sus propuestas.
“Empezaron a decir que Guillier no tiene programa, es populista. Todo eso caló, me ha causado daño. Sobre todo el fuego amigo. Los populistas proponen cosas irrealizables, ninguna de las cosas que yo he dicho lo son. Son perfectamente lógicas y están en la línea de las reformas que la OCDE le recomendó a Chile”, aseguró.
Consultado por el éxito en las encuestas que ha evidenciado Sebastián Piñera, Guillier acusó sin empachos que es un “castigo a que hemos tenido dificultades en la gestión del Gobierno de Bachelet”.
“Chile es un país de centroizquierda, pero le gustan los cambios moderados, graduales, no quiere cambios bruscos. Los Gobiernos no hacen ganar elecciones, pero las pueden hacer perder. Y hemos tenido problemas en la gestión y en la gobernanza de las reformas”, admitió el precandidato de la Nueva Mayoría.
Por último, Guillier concluyó asegurando que pese a no pertenecer a la “élite” de la sociedad chilena, se encontró como candidato ante la falta de liderazgo.
“Sin buscarlo me encontré como candidato por la falta de liderazgo dentro de la clase política tradicional. La gente te percibe como un chileno más, que ha conocido el desempleo, las lagunas previsionales, que no siempre llegó a fin de mes tranquilamente. Yo soy un hombre de centroizquierda de acento socialista”, sentenció.