Un grupo de generales de Carabineros activos y en retiro, familiares de oficiales, el rector de la Universidad SEK y un empresario condenado por tráfico de efedrina a México son los residentes de un elegante vecindario en Peñaflor que aún permanece registrado como suelo agrícola y exento del pago de contribuciones.
Dicha situación quedó al descubierto tras la publicación de un reportaje del Centro de Investigación Periodística (CIPER), donde se reveló que entre los propietarios destaca el actual director general de Carabineros, Bruno Villalobos, el exdirector general de Carabineros, Fernando Cordero Rusque; el general (r) Ricardo Solar (quien recién dejó la institución), además de otros exmiembros del alto mando policial.
En su declaración recién difundida en el portal de probidad, Villalobos le asignó a su casa en Peñaflor una tasación fiscal de $130 millones. Pero según los archivos del Servicio de Impuestos Internos (SII) la propiedad de Villalobos tiene en realidad una tasación fiscal de $4,7 millones, muy por debajo de lo que declaró el general.
En el mismo lugar también posee una propiedad María Cecilia Lawrence Mires, hermana del exagente de la DINA y coronel (r) de Carabineros, Ricardo Lawrence, más conocido como “Cachete Grande”. Si bien en la actualidad se encuentra prófugo, en su momento fue condenado por los actos de tortura cometidos al interior del centro de detención de Villa Grimaldi.
Asimismo, estuvo involucrado en un sinnúmero de casos de derechos humanos, como las desapariciones y crímenes de Alfonso Chanfreau, Ana María Puga, Alejandro de la Barra, José Ascencio, Mario Quezada, Santiago Ferruz y Octavio Boettiger.
Su marido es Carlos Pereira Albornoz, exrector de la Universidad Unicit y actual mandamás de la Universidad SEK.
En tanto, el exgeneral director y exsenador designado, Fernando Cordero Rusque, adquirió cuatro lotes en 1990, cuando el condominio recién se había loteado. Actualmente sólo conserva dos, por lo que tiene una parcela de 1 hectárea.
Dos años más tarde, Cordero vendió un lote a Ingreed Vásquez Carvajal. Ella y su padre, Mario Vásquez Núñez, se lo han vendido y recomprado entre ellos.
Vásquez Núñez es un empresario que fue detenido en 2009 por tráfico ilegal de efedrina, un precursor para la producción de drogas, que envió a México.
Al ser descubierto, la Policía de Investigaciones lo encontró infraganti ingresando ocho tarros de efedrina a la empresa Biotonic. El 13 de octubre de 2009 fue condenado a cuatro años de presidio menor en su grado máximo y al pago de 30 UTM, además de otras 20 UTM por tenencia ilegal de armas.