En las últimas dos décadas, el nombre de la Coordinadora Arauco-Malleco ha sido ubicado entre los protagonistas del conflicto social emplazado en el sur de la región del Bío Bío en La Araucanía, en el reclamo de autonomía para el pueblo mapuche y la restitución de tierras usurpadas.
Al respecto, el Órgano de Resistencia Territorial de la coordinadora, conocida por su sigla CAM, descartó en conversación con un equipo del programa Informe Especial haber tenido participación directa en la comisión de ataques contra particulares o templos religiosos.
Si bien admitieron que algunas personas a las que se les atribuyen ataques incendiarios efectivamente integraban la CAM, éstas se desmarcaron de la coordinadora. Esto, al ser consultados por por el asesinato de Werner Luchsinger y Vivianne Mackay en Vilcún en enero de 2013, donde dos de quienes fueron detenidos el 30 de marzo son vinculados a la Coordinadora Arauco-Malleco.
“Nosotros no quemamos casas particulares, no quemamos iglesias. Nosotros nos diferenciamos de esas acciones porque no están con nuestros planteamientos, sentimos que eso no ayuda a nuestro proyecto de liberación nacional”, afirmó uno de los voceros.
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Eso sí, aclararon que su objetivo son las forestales que se han asentado en las zonas donde se encuentra desplegada la CAM: “Nosotros atacamos especialmente a las empresas forestales, maquinarias, camiones, maquinarias. Nosotros entramos a las faenas forestales y saboteamos las maquinarias sin hacer daño a las personas”.
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En paralelo el líder de la CAM, Héctor Llaitul, de manera previa a la detención de su hijo el pasado viernes por parte de la PDI, aseguró que no han ocupado la violencia para ejercer acciones como la ocupación de tierras. “Eso no es violencia para nosotros, ese es un acto legítimo de recuperación de lo que nos pertenece”, afirmó.
Asimismo, Llaitul manifestó que la resolución del conflicto por el camino político no es una opción y que si bien el pueblo mapuche está abierto al diálogo, “no estamos dispuestos a conversar” lo que calificó como “la continuidad del formato colonial”.