Cuando se tiene una relación de pareja de años o al menos con proyección a largo plazo, suelen aparecer diversas situaciones en el camino que a veces son difíciles de sortear.
La manera más positiva de tomarlas es que son pruebas que nos pone la vida para hacernos reflexionar si acaso estamos en el camino correcto o no, o junto a la persona que realmente necesitamos para continuar con nuestros sueños y metas en ese aspecto.
No obstante, muchas parejas no logran darle una solución rápida y eficaz a tales problemas y comienzan a plantearse la posibilidad de ‘darse un tiempo’. Una frase que para muchos no significa más que una antesala al inevitable quiebre amoroso.
Y es que ese podría ser justamente uno de los errores más grandes que cometen las parejas, puesto que por miedo a ser abandonadas, prefieren seguir en una relación que ya no los está satisfaciendo o sencillamente se ha vuelto tóxica. La noción de “tomar un descanso” de la persona que amas se malinterpreta como una forma cobarde de terminar la relación y la verdad es que no siempre es así, pues es un reclamo legítimo que puede contribuir positivamente a una pareja que planea seguir una vida juntos.
Si se es claro, ambas personas de la relación lo sienten igual, y la intención es recuperar lo que alguna vez los hizo felices y solucionar los problemas que los atormentan, puede ser sumamente saludable, ya que se puede aprovechar ese tiempo para reflexionar, reencontrarse consigo mismo, darse cuenta si se extrañan y, finalmente, tomar la decisión de si vale la pena o volver a intentarlo.
Una idea que apoya la bióloga y experta en temas de amor y relaciones, Dawn Maslar, quien señaló al portal Bustle que tomar un descanso no significa necesariamente romper, sino que es una decisión madura y que tiene más ‘pros’ que ‘contra’. Incluso, se atrevió a recomendar un periodo para aquellas relaciones de pocos años. “Si llevan pololeando un par de años, tomarse un descanso durante un mes podría ser algo bueno, ya que durante ese mes se da una mayor posibilidad de enamorarse, ya que la dopamina genera anhelo“, explicó.
No obstante, esta decisión siempre debe ser conversada y debe ocurrir bajo ciertas reglas: Aclarar que no es una ruptura, cuánto tiempo debe durar, qué esperan lograr con este descanso, si mantendrán la exclusividad amorosa o no, etc. Además, esta situación no se debe tomar como un hábito y darse tiempos constantemente, pues eso simplemente explicaría un miedo a terminar definitivamente.
“Parte del motivo por el que algunas parejas se aburren y terminan con tanta frecuencia, reside en que no se dan el tiempo para acostumbrarse a estar juntas pero sin el otro“, agregó la consejera matrimonial, Francesca Hogi.
Y ellas no son las únicas que comparten esta visión, ya que el coach de citas y relaciones amorosas, Chris Armstrong, señaló en otro artículo del mismo medio que “tomarse un descanso en una relación se trata de una de estas dos cosas: alguien necesita tiempo para reflexionar internamente sobre cuestiones de compromiso o inseguridad, o bien necesita reflexionar externamente sobre si esta relación es lo que quiere y necesita para su futuro“.
En tanto, Monica Parikh, otra terapeuta y consejera amorosa, agregó que tomar un descanso debe ser entendido como “un acto de fe que conducirá a una relación más fuerte y feliz“, entendiendo el riesgo como una posibilidad para crecer, independiente del resultado. “Es importante darse cuenta que en las relaciones saludables, puede haber períodos de silencio o distancia, y que estas pausas son necesarias, especialmente si uno o ambos quieren reflexionar y trabajar en sus asuntos internos”, indicó.
Ahora bien, como comentábamos anteriormente, muchas parejas prefieren hacer oídos sordos y desean continuar con relaciones a veces dañinas y que pueden terminar mucho peor. Ya sea por miedo al abandono o porque simplemente no se han dado cuenta de que lo que están viviendo no es lo más sano.
Es por eso que a continuación te dejamos con 6 señales que te ayudarán a descubrir si tu relación necesita un respiro.
1.- Te molestas con facilidad con tu pareja
Llega un momento en que todo te molesta y todo genera una discusión con tu pareja, sea o no su culpa. Y es que Hogi señala que a veces la tolerancia frente a lo que tenemos en nuestras vidas todos los días, se va desvaneciendo. También es probable que detrás de esa molestia se esconda un reclamo mucho más certero, como que tu pareja no esté satisfaciendo tus necesidades o que no te sientas respaldado o respaldada, lo que sin duda provoca un agotamiento emocional.
2.- Tu vida sexual se estancó
Existe muchas razones que explican por qué una pareja no puede tener relaciones sexuales. Factores como el estrés, ansiedad, depresión o simplemente una baja de la libido por cualquier circunstancia pueden ser entendibles, pero si tú y tu pareja no pueden determinar la razón de por qué no están teniendo sexo, eso dice algo.
Quizá les falta redescubrirse en ese ámbito, quizá simplemente están aburridos de la rutina sexual que llevan y ninguno se ha atrevido a expresarlo. Por lo mismo, la comunicación siempre será fundamental, explica la experta. Un tiempo los puede llevar a extrañarse sexualmente y reavivar la pasión, eso sí que cuando hayan decidido distanciarse, deben dejar bien claro si en ese tiempo tendrán permitido tener sexo con otras personas, esa es una “regla de oro”.
3.- Sientes una indiferenia generalizada hacia tu pareja
Es lejos una de los factores más preocupantes. Esto porque existe una gran diferencia entre estar aburrido de la relación y sentir indiferencia. Lo primero se explica como una molestia constante, un sentimiento real que puede trabajarse rápido, sin embargo,la indiferencia es no sentir absolutamente nada por la persona con la que compartes tu vida. Claramente eso no es un buen signo y debes ponerle atención inmediatamene.
4.- Tus argumentos han pasado de ser razonables y con fundamentos a simples excusas y sobrerreacciones
Todas las parejas discuten, y si existe alguna que no lo hace, probablemente uno de los dos lleva una bomba de tiempo escondida, puesto que no es normal que no existen roces entre dos personas adultas y distintas. No obstante, una cosa es discutir un tema serio, con argumentos razonables que incluso puede ser saludable para la relación, y una muy diferente es buscar pelea o armar escándalos porque se comió el último yogur que quedaba en el refrigerador. Si ese es el caso, claramente necesitan ayuda porque las cosas no están bien.
5.- Necesitas más espacio de lo que estás recibiendo
Debes tener claro, aunque te cueste admitirlo, que una relación saludable es aquella en la que las personas se dan espacio. Puede ser que te guste pasar prácticamente todos los días junto a esa persona y ambos no tengan reparos en aquello, pero la verdad es que no es lo más sano debido a que tarde o temprano se verán envueltos en alguna discusión innecesaria.
El espacio en una relación es esencial, y si tu también lo piensas así y no lo estás teniendo o no es suficiente con lo que tienes, es hora de parar, conversarlo y darse un respiro.
6.- Cuestionas seriamente el futuro de tu relación
Por último, la escritora y experta en relaciones de pareja, April Masini, indica que “cuando una pareja toma un descanso en una relación, generalmente se debe a que una persona no está segura sobre el futuro de esa relación“, por ende, el descanso actúa como una ayuda para despejar la cabeza, observar el panorama desde afuera o incluso ver qué más hay por ahí. Un tiempo incluye riesgos, por eso debe ser una decisión pensada, a veces puede pasar que nuestra pareja “se pierda” en ese descanso o vuelvan más unidos que nunca.
Una cosa es clara, si luego de ese ‘tiempo’ se viene una ruptura definitiva, entonces debes entender que ya estaba escrito y el respiro solo sirvió para tomar distancia y mirar las cosas en perspectiva.
Un tiempo es necesario porque si no estás seguro de tu relación, no puedes vivir a diario pensando si va a funcionar o no, estirando un chicle que cuando se rompa puede traer peores consecuencias a que si te hubieses tomado un tiempo. Y si terminas, al menos sabrás que se acabó por una razón ¿no crees?