Sensualidad, rudeza, femeneidad, osadía, estilo, son algunos de los conceptos que se asocian al lápiz labial rojo, el emblemático producto cosmético que nunca pasa de moda. Lo hemos visto en Marilyn Monroe, Rihanna, Gwen Stefani y un sinnúmero de celebridades y mujeres comunes.
Aunque actualemente se considera glamoroso, no siempre fue así. La historia de lápiz labial rojo está llena de elementos perturbadores.
Según señala la revista estadounidense Mic, los lápices labiales fueron creados hace miles de años atrás y comenzaron popularizarse a eso del 2.500 A.C. de la mano de la reina sumeria Puabi de Ur, que solía ser representada con los labios rojos.
La primera tintura de labios roja que ha sido documentada, estaba hecha de rocas rojas pulverizadas y carbonato de plomo blanco (albayalde), lo que era muy tóxico, y terminó provocando graves enfermedades e incluso muerte en quienes lo usaban de manera frecuente.
De hecho, el término “beso de la muerte”, según Elle , fue acuñado durante esta época, debido a la mezcla altamente tóxica del fucus-algin (tipo de alga), yodo y bromo manita, que era otra mezcla que se usaba comúnmente para hacer al lápiz labial rojo.
Muchas barras labiales antiguas estaban hechas con ingredientes muy extraños (y hasta asquerosos) para nosotros. En el antiguo Egipto y Mesopotamia, tanto mujeres como hombres aplastaban piedras semi-preciosas para dar color a su boca, y Cleopatra trituraba escarabajos y hormigas con el fin de obtener cosméticos de color rojo sangre. Para conseguir una textura más brillante, el pueblo egipcio también molía escamas de pescado.
Por el siglo XVI, el lápiz labial rojo comenzó a popularizarse en Inglaterra con la reina Isabel I, que era conocida por su amor a la cosmética e hizo que los labios rojos fueran parte de su firma (además de llenarse la cara de polvo blanco).
Como la gente se comenzó a dar cuenta que esto daba un aspecto más juvenil, los europeos medievales comenzaron a creer que el lápiz labial rojo podría evitar la muerte .
Pero estaban muy equivocados, se cree que el lápiz labial y el polvo que Isabel se aplicaba todos los días la habría terminado matando, debido a que contenía plomo blanco. Cuando ella murió, se reporta que tenía múltiples capas de este material en su boca.
Tras esto, la popularidad del lápiz labial rojo decayó y comenzó a asociarse a personas con “moral cuestionable” en Reino Unido. En 1770, el Parlamento Británico declaró oficialmente que las mujeres que usaban lápiz labial y seducían hombres, podían ser acusadas de brujería. De hecho se asumía que el lápiz labial rojo, sólo era para mujeres “de la noche”.
Sin embargo, en Francia la cosa era diferente. Allí, se animaba a las mujeres de clase alta a usar lápiz labial rojo, ya que las mujeres que no usaban maquillaje fueron vistas como campesinas y prostitutas.
Por otro lado, en 1800 en Inglaterra creció el rechazo al lápiz labial rojo luego de que la reina Victoria proclamara que su uso era de mala educación.
De hecho, se había convertido en tan tabú que cuando la estrella de cine francesa Sarah Bernhardt empezó a mostrarse con labios rojo en público, la gente quedó impactada.
En ese entonces el lápiz labial comenzó a fabricarse en base a cera de abeja y aceite de ricino, haciéndolo más inocuo. Al dejar de ser peligroso, comenzó a resurgir su popularidad con la ayuda de Bernhardt, quien llamó al cosmético su “pluma de amor”.
La actriz comenzó a ser vista como una mujer independiente y glamorosa, y la popularidad del labial repuntó para fortuna de las casas cosméticas, que comenzaron a innovar y mejorar el producto.
Antes del siglo 20, las barras de labios se vendían envueltas en papel de seda, pero en 1915 todo cambió, cuando se hizo el primer labial en tubo de metal. Desde entonces, millones de mujeres tuvieron acceso a este nuevo y práctico formato, lo que contribuyó a que el labial comenzara a ser visto como una señal de empoderamiento.
“La primera y más famosa manifestación de lápiz labial rojo fue, de hecho, en Nueva York, cuando las sufragistas salieron a las calles, se unieron, y como parte de su desafío y luchar por el voto, todos usaban lápiz labial rojo brillante” señaló Madeleine Marsh, autora de Compacts and Cosmetics, a WNYC .
Luego de que el cosmético ganara terreno, compañías como Chanel y Elizabeth Arden, aprovecharon la racha. En ese momento, el lápiz labial rojo señalizaba la independencia, y actrices de Hollywood Clara Bow y Greta Garbo comenzaron a usarlo.
Por la década de 1940, el lápiz labial rojo se había convertido en un elemento básico de Hollywood. Sin embargo, por esa época el dictador Adolf Hitler había expresado su disgusto por el cosmético. Esto hizo que se transformara en una especie de declaración política durante la Segunda Guerra Mundial.
Así, mientras Hitler lo odiaba, mujeres como Marilyn Monroe, Rita Hayworth y Elizabeth Taylor le “declaraban la guerra” llevando labios rojos.
A finales de la década de 1940, el 90% de las mujeres estadounidenses usaba lápiz labial. Esta tendencia había sido alentada con el famoso cartel “Rosie, la remachadora”, personaje que por supuesto llevaba los labios rojos y era un símbolo de las mujeres que trabajaban en fábricas durante la Segunda Guerra, mientras sus maridos estaban lejos. Más tarde, se transformó en un símbolo de feminismo.
Hoy en día, el lápiz labial rojo es muy popular, especialmente en la cultura pop, donde muchas artistas no sólo lo usan sino que se refieren a él en sus canciones, mientras otras lo transformaron en su sello, como Gwen Stefani.
Si bien el lápiz labial rojo tiene una historia algo desconcertante, que involucra muerte, prejuicios y brujería, estamos contentos de que hoy en día todo haya cambiado y su existencia sea señal de alegría.