Cada vez es más común la postergación de la maternidad: proyección laboral, no contar con la pareja indicada, u otros intereses personales, hacen que la decisión de ser padres se retrase, haciendo que el reloj biológico de las mujeres a veces no corra al mismo tiempo que los proyectos personales.
En Chile, en las últimas dos décadas la tasa de natalidad ha caído 24% en mujeres entre 20 y 35 años, mientras que en mayores de 40 se ha dado a la inversa. En 1990 el Anuario Demográfico del INE registró que entre 2000 y 2010 las mujeres que tuvieron a su primer hijo sobre los 45 años aumentaron 24%.
Sin embargo, existen alternativas para quienes quieran postergar su maternidad y convertirse en padres cuando ya son infértiles, como la congelación de óvulos, la ovodonación, el vientre de alquiler, entre otros. Pero, ¿existe una edad límite para poder hacer uso de esos tratamientos?
“Hasta ahora, en Chile no existe una legislación que fije un límite de edad para que las mujeres se realicen tratamientos de fertilización asistida. En general, es hasta los 40 a 41 años, dependiendo de la reserva ovárica, es decir, de la cantidad y calidad de los óvulos que tenga esa mujer. Ahora, si la Fertilización In Vitro (FIV) es con ovodonación, podría ser hasta los 50 años de las pacientes”, asegura Francisca Jeria, embrióloga y directora de Fertilización In Vitro de la clínica de medicina reproductiva, SGFertility.
Existe un consenso generalizado entre las clínicas de reproducción asistida para no aceptar a mujeres mayores de 50 años, coincidiendo con la edad en que la mayoría de las mujeres entran en el período de la menopausia. A medida que la paciente se acerca a esa edad límite, la mayoría de profesionales recomiendan realizar más pruebas médicas con el fin de minimizar las posibles complicaciones durante el embarazo. Además, entre más avanzada la edad de la madre, más posibilidad hay de correr riesgos, como padecer hipertensión arterial, diabetes gestacional y parto prematuro.
Tratamientos en Chile
Los tratamientos de fertilidad cubiertos por Fonasa, tanto los de baja como alta complejidad, establecen como rango de cobertura etario entre los 25 y los 37 años. Sin embargo, el sistema público financia solo 200-300 ciclos al año, cifra muy baja considerando que el 80% de la población se atiende en el sistema público, costando estos tratamientos entre los 250.000 hasta los 2 millones de pesos.
“Estimaciones indican que parejas en Santiago que requieren de tratamientos de alta complejidad es de un 8% a un 10%”. Las mujeres que eligen este tratamiento de fertilización In Vitro (FIV) por lo general, presentan problemas en las trompas de falopio, endometriosis, e incluso, hay parejas que optan por este tratamiento cuando han presentado infertilidad durante mucho tiempo o han fallado otros tratamientos. En Chile, se realizan entre 2.200 -2.500 ciclos de FIV al año, versus los 25.000 que se estiman necesarios”, comenta Francisca.
De acuerdo a un artículo publicado en febrero de 2014 por la Revista Médica de Chile, en el tramo de mujeres de 45-49 años se cuadriplica la tasa de mortalidad feta, se triplica el riesgo de mortalidad neonatal e infantil y la tasa de mortalidad materna aumenta 18 veces.
Hay que recordar que, ya a partir de los 35 años, el embarazo se considera riesgoso porque existe un mayor peligro de padecer complicaciones importantes, por lo mismo el control de la salud de la mujer, antes de utilizar las técnicas, y durante éste, debe ser muy exhaustivo.