A 43 aumentó el número de muertos tras el tsunami en Indonesia, mientras que el número de heridos llegaría a las 600 según informaron autoridades de dicho país.
Decenas de edificios resultaron dañados por la ola que golpeó playas del sur de la isla de Sumatra y del extremo occidental de Java la madrugada del domingo en dicho país, dijo en un comunicado el portavoz de la agencia indonesia de gestión de desastres, Sutopo Purwo Nugroho.
“En el estrecho de la Sonda [entre las islas de Java y Sumatra] murieron 40 personas, 584 resultaron heridas y dos están desaparecidas”, dijo en un comunicado el portavoz de la agencia indonesia de gestión de desastres, Sutopo Purwo Nugroho. Otras tres personas fallecieron en la cercana localidad de Serang.
Un primer balance de la misma fuente daba cuenta de al menos 20 muertos y un centenar de heridos, pero el vocero había advertido que el recuento podría aumentar.
Según las autoridades, el tsunami podría haberlo provocado un aumento repentino de la marea debido a la Luna nueva combinada con una avalancha submarina tras la erupción del Anak Krakatoa (el ‘hijo de Krakatoa’), que forma una pequeña isla en el estrecho de la Sonda.
“La combinación provocó un tsunami repentino que golpeó la costa”, indicó Nugroho, aunque señaló que la agencia geológica de Indonesia trabajaba para intentar dilucidar cómo se produjo exactamente.
Un error
En videos publicados en redes sociales por Nugroho se veía a residentes alarmados con balizas y buscando terrenos más altos.
Las autoridades indonesias aseguraron en un primer momento que no había un tsunami, sino un aumento de la marea, y pidieron a la población que no entrara en pánico.
“Si hubo un error al principio, lo sentimos”, escribió Nugroho más tarde en Twitter.
Las erupciones volcánicas submarinas, que son relativamente infrecuentes, pueden provocar tsunamis debido al desplazamiento repentino de agua o quiebres de pendientes, según el Centro Internacional de Información sobre Tsunamis.
Anak Krakatoa es una pequeña isla volcánica que surgió en el océano medio siglo después de la mortífera erupción del volcán Krakatoa de 1883.
En aquella ocasión, una columna de cenizas, piedras y humo salió expulsada a más de 20 km de altura, sumiendo a la región en la oscuridad y provocando un enorme tsunami que tuvo repercusiones en todo el mundo. La catástrofe dejó más de 36.000 muertos.
Indonesia, una de las zonas más proclives a sufrir catástrofes de la Tierra, se encuentra en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, donde coinciden placas tectónicas y se producen una gran parte de las erupciones volcánicas y sismos del planeta.
El país sufre regularmente mortíferos sismos, el último de ellos en la ciudad de Palu, en la isla de Célebes, donde murieron miles de personas por el terremoto y posterior tsunami.
En 2004, un tsunami desencadenado por un sismo submarino de magnitud 9,3 frente a las costas de Sumatra, en Indonesia, causó la muerte de 220.000 personas de varios países del océano Índico, 168.000 de ellas en Indonesia.
Anak Krakatoa es uno de los 127 volcanes activos del archipiélago, que cuenta con 17.000 islas e islotes.