Un arzobispo australiano juzgado culpable de haber encubierto abusos pedófilos, uno de los eclesiásticos de mayor rango en la jerarquía católica mundial en estar implicados en un caso de este tipo, fue condenado el martes a 12 meses de prisión pero podría librarse de pisar la cárcel.
En mayo, Philip Wilson (67 años), arzobispo de Adelaida, fue declarado culpable de haber escondido los abusos cometidos en los años 1970 por el cura Jim Fletcher en la región de Hunter (Nueva Gales del Sur), al haberse abstenido de comunicar las acusaciones contra Fletcher.
El eclesiástico negó todos los cargos. Sus defensores intentaron cuatro veces que se abandonaran las diligencias abiertas contra él, alegando el Alzheimer que padece para evitar un juicio, pese a que seguía conservando sus funciones dentro de la Iglesia.
El tribunal de Newcastle lo declaró culpable de haber encubierto un delito grave por el que una tercera persona hubiera podido ser juzgada.
El mismo tribunal lo condenó a 12 años de cárcel, sin posibilidad de liberación anticipada antes de seis meses.
Pero el juez Robert Stone suspendió la audiencia hasta el 14 de agosto para determinar si se podría autorizar al arzobispo a cumplir su pena en el domicilio de algún familiar. Se enfrentaba a una pena máxima de dos años de cárcel.
El juez alegó que “el condenado no dio constancia de ningún remordimiento”, según el grupo de medios ABC.
Los abusos sexuales cometidos contra un niño de un coro por parte de Fletcher, ya fallecido, no fueron tratados en la audiencia pero la justicia quería determinar si Philip Wilson, en aquel momento un sacerdote joven, estaba al corriente de los mismos.
Fue párroco en Nueva Gales del Sur antes de ser nombrado obispo de Wollongong en 1996. Cinco años después, fue investido arzobispo.
Cuando fue declarado culpable, se le concedió una excedencia pero no dimitió.