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El Reino Unido ha optado por un enfoque tranquilo y pragmático frente a los aranceles globales de Trump, evitando represalias. Jonathan Reynolds negociará un acuerdo con EE.UU. para evitar antagonizar con Trump. Se especula sobre concesiones, como eximir a tecnológicas de impuestos. A pesar del superávit comercial con EE.UU., el Reino Unido espera aún ser afectado por aranceles globales.
Frente a los tambores de guerra comercial que se escuchan de potencias como la Unión Europea o China, el Reino Unido ha preferido distinguirse en su respuesta a los aranceles globales que impondrá el presidente de EE.UU, Donald Trump, y abstenerse de represalias, al menos de momento.
El Gobierno británico del laborista Keir Starmer ha optado por lo que denomina “un enfoque tranquilo y pragmático”, a la espera de que un acuerdo económico que fragua con Washington y del que apenas se sabe nada dé sus frutos.
Starmer trata de no rivalizar con Trump pese a aranceles
Un portavoz de Downing Street aseguró a la prensa este miércoles que “todas las opciones siguen sobre la mesa”. Sin embargo, la esperanza británica es que esa táctica apaciguadora lo separe del resto a ojos de Trump.
Será el ministro de Empresas y Comercio, Jonathan Reynolds, quien negocie con EE.UU el futuro acuerdo, quien dé la réplica inmediata al anuncio de aranceles en un comunicado escrito.
Downing Street adelantó que es muy probable que Reynolds comparezca el jueves ante el Parlamento británico si así lo reclaman los diputados.
El hecho de que Starmer delegue en un ministro la respuesta a Trump habla a las claras sobre el esmero con el que Londres trata de no antagonizar con el republicano.
En una reciente visita a Washington, el líder británico entregó al estadounidense una carta del puño y letra del rey Carlos III en la que le invitaba a una realizar una visita de Estado al Reino Unido.
Trump ha mostrado en numerosas ocasiones su afinidad con la familia real británica y con un país en el que, además, tiene intereses económicos, con dos campos de golf en Escocia al que se le unirá próximamente uno nuevo.
Posibles concesiones de Reino Unido a EEUU
La prensa británica lleva semanas especulando con las concesiones que Starmer está dispuesto a hacer a Trump para salvarse de la hoguera de los aranceles, entre ellas eximir a las tecnológicas estadounidenses del impuesto digital que se les aplica.
Además, como no dejan de recordar desde el Ejecutivo laborista, Estados Unidos presenta un superávit comercial en su relación con el Reino Unido, lo que a priori también podría contribuir a decantar la balanza de una manera más amable.
Sin embargo, de lo que ya no quedan casi esperanzas en Londres es de quedar libres de los aranceles globales, al menos en un primer momento.
“Hay que esperar para ver los detalles, pero ya hemos dejado claro que, como dijo el primer ministro en la Cámara, adoptaremos un enfoque tranquilo y pragmático más que tener una respuesta refleja, y seguiremos centrados en las negociaciones para un acuerdo económico”, señaló el portavoz.
Consultado si podría haber algún tipo de acuerdo de último minuto con EE.UU., el portavoz solo reconoció que las conversaciones se hallan en una “fase avanzada”, pero rechazó ponerles un marco temporal.
El Gobierno de Starmer mantiene desde hace semanas contactos con el mundo empresarial para prepararse para el impacto de los aranceles, aunque defiende que son estos mismos negocios quienes les han pedido no tomar represalias y enzarzarse en una guerra comercial.
Y ante el temor de que el Reino Unido se vea inundado por productos baratos como consecuencia de los aranceles en EE.UU., Downing Street asegura que la Autoridad de Medidas de Defensa Comercial cuenta con las herramientas ‘antidumping’ necesarias para evitar que eso suceda.