Durante el domingo, se dio a conocer que el presidente de EE.UU, Joe Biden, autorizó a Ucrania el uso de los misiles de largo alcance contra Rusia, según reportaron medios estadounidenses como The New York Times y Washington Post, lo que ha encendido la preocupación por parte de los líderes mundiales ante el temor de una escalada en el conflicto e, incluso, ante una posible “III Guerra Mundial”.
Este fin de semana, la Casa Blanca dio luz verde a Kiev para efectuar próximos “ataques limitados” dentro de territorio ruso en respuesta a la presencia de miles de militares norcoreanos en el frente, según consignan los mencionados medios.
En ese contexto, desde el Kremlin no tardaron en pronunciarse y recordaron las advertencias que hace un par de meses el presidente de Rusia, Vladímir Putin, hizo sobre un escenario como este. El portavoz Dmitri Peskov acusó a la Administración de Biden de tener la “intención de continuar echando leña al fuego y seguir provocando una escalada de la tensión en torno a este conflicto”.
Fue a mediados de septiembre que el mandatario ruso, ante la televisión pública rusa, afirmó que “si esa decisión se toma no significará otra cosa que la participación directa de los países de la OTAN, de EEUU y de los países europeos, en la guerra en Ucrania (…)”.
“Eso significará que los países de la OTAN, EEUU y los países europeos, combaten contra Rusia”, resaltó, dejando abierta la puerta a una posible respuesta con armamento nuclear.
La decisión de EE.UU de autorizar a Ucrania usar misiles de largo alcance contra Rusia
De acuerdo con los citados medios estadounidenses, la decisión de la Casa Blanca, en primer lugar, buscaría una disuasión frente a Corea del Norte que, como también han reportado países europeos y EE.UU, habría enviado a miles de sus soldados para apoyar a Rusia en la guerra contra Ucrania.
Tras el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de EE.UU, Putin ha recalcado que su propuesta de paz con Ucrania sigue en pie, por lo que se ha hablado de una posible negociación una vez que asuma el magnate su segundo período como jefe de la Casa Blanca.
En ese contexto, este lunes la administración de Biden aseguró que su estrategia en lo referente a una posible negociación entre ambos países es llevar a Kiev a “la posición más fuerte posible” y aseguró que es Moscú, no Washington, quien promueve una escalada en el conflicto.
“Rusia ha estado librando una guerra de agresión contra las fronteras de un Estado soberano y continúa. Y hemos visto, además del despliegue de tropas de Corea del Norte, una importante escalada con ataques aéreos a infraestructuras en Ucrania en las últimas 24 horas”, apuntó Jon Finer, asesor del presidente Joe Biden, según recoge EFE.
Si bien no se refirió a ello, lo anterior iría en línea con la decisión de la Casa Blanca -revelada por medios de prensa- de permitir a Ucrania atacar Rusia con los misiles de largo alcance estadounidenses. Asimismo, se ha detallado que dichos ataques se centrarían primero en la región rusa de Kursk, donde las fuerzas ucranianas controlan una pequeña porción de territorio ruso y donde precisamente estarían desplegados los soldados norcoreanos desde octubre.
La amenaza de Putin: “Nos reservamos el derecho de utilizar armas nucleares”
El armamento que Ucrania podrá emplear contra Rusia es el Sistema Táctico de Misiles del Ejército (ATACMS), cuyo uso antes estaba vetado por temor a una escalada del conflicto. Se trata de misiles supersónicos guiados, que pueden transportar cabezas convencionales o de racimo y tienen un alcance de unos 300 kilómetros.
Pero “si esto ocurre, entonces Rusia estará obligada a responder. El cómo es asunto del Ministerio de Defensa. Pero está claro que la habrá”, advirtió esta jornada el presidente de la Duma o cámara de diputados de Rusia, Viacheslav Volodin, quien además sostuvo que aquello “sólo empeorará el futuro de Ucrania”.
Recordemos que Vladímir Putin en septiembre anunció la renovación de la doctrina nuclear de Rusia, ampliando así “la categoría de Estados y alianzas militares respecto a las cuales se aplica la disuasión nuclear, así como el listado de amenazas militares para cuya neutralización se llevarán a cabo acciones de disuasión nuclear”.
“Nos reservamos el derecho de utilizar armas nucleares en caso de agresión en contra de Rusia y Bielorrusia como miembro de la Unión Estatal (…). Incluido si el adversario utiliza armamento convencional y crea una amenaza vital para nuestra soberanía”, adelantó entonces el jefe del Kremlin.
Previamente, Putin ya había amenazado con que si la OTAN y/o EE.UU autorizaran a Ucrania el uso de aquellos misiles, cambiarían la “la misma naturaleza del conflicto”, en alusión a que ya no se reducirá a una guerra entre los ejércitos ruso y ucraniano.
Lo anterior, ya que el ejército ucraniano no tendría la capacidad técnica por sí solo para ocupar este tipo de armamento.
En aquella oportunidad, el presidente ruso aseguró que esos misiles sólo se pueden lanzar contra territorio ruso con la ayuda de los datos de inteligencia de los satélites de EE.UU o los países de la Unión Europea, ya que Ucrania carece de ellos.
Es decir, Kiev no podría usar sin ayuda los ATACMS, dado que usa un sistema que involucra uso satelital por parte de los propios países que proporcionan el armamento. Es decir, los ataques con misiles de largo alcance contra Rusia tendrían que ser operados y dirigidos también por personal ajeno a Ucrania, lo que para el Kremlin sería un ataque de directo de EE.UU contra territorio ruso.
Allí radica la preocupación ante el temor de una escalada en la guerra, que salpique finalmente a otros países además de los ya involucrados y cambie “la naturaleza del conflicto”.
Rusia, “una potencia que no se subordina”
En conversación con BioBioChile, el académico Gilberto Aranda, del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, explica que si bien “el uso de armas nucleares es una opción irracional por los costos que trae”, Rusia es “una potencia que no se subordina a las reglas del derecho internacional”.
“No hay que descartar que si eventualmente se usan estas armas de largo alcance, la respuesta escale algunos peldaños más y recurran a armas nucleares, que pueden ser tácticas”, afirma el experto.
En ese caso, Aranda hace un alcance eventual: “La pregunta es por qué Biden autorizó esta escalada. Me imagino que tiene que ver con el poco tiempo que le queda en la Casa Blanca y también con una medida de respaldo a Ucrania que se está desangrando“.
“En este momento la guerra corre a favor de Rusia y si no hay un cambio de marea pronto, la verdad es que las condiciones de negociación, que van a existir, van a ser aún mejores para Moscú”, detalla.
Según fuentes militares británicas, Moscú ha logrado recuperar unos 1.500 kilómetros cuadrados en el Donbás en los últimos dos meses, pese a que ha pagado un alto coste en vidas, ya que en octubre sufrió una media de 1.500 bajas diarias, consiga EFE.
En cuanto a una escalada significativa en la guerra ante un eventual ataque de Ucrania contra Rusia con los misiles ATACMS, Aranda subrayó: “No puedo decir que empezará la Tercera Guerra Mundial (…), pero sí que la guerra puede escalar a un escenario absolutamente indeseable que es un enfrentamiento directo entre la OTAN y Rusia“.
Rusia y “una gran ofensiva que no dio resultado”
Una proyección similar, aunque un poco más agravada, entregó el académico Alfonso Kaiser, experto en estrategias militares y docente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Los Andes.
“Rusia inició una gran ofensiva, que no dio resultado, para anticiparse al cambio de gobierno en EE.UU y poder tomar una posición de ventaja ante una posible negociación”, explica.
Por ello, apunta que tanto Rusia como Ucrania “quieren llegar en mejor posición a negociar”. Además, detalla que si bien Moscú “ganó algo de territorio” mientras Kiev estuvo a la defensa, todo fue “a unos costos tremendos de vidas humanas y de material por parte de Rusia”.
Es decir, según él, al Kremlin “le costó mucho más y por eso no fue exitosa y tampoco logró los objetivos militares, que quería alcanzar”.
La guerra en Ucrania y un “paradigma (que) cambió”
En cuanto a la participación de Corea del Norte -reportada por inteligencia estadounidense y surcoreana-, este “había sido advertido de no internacionalizar el conflicto, así como también se le hizo a Rusia una amenaza por parte de Occidente, de la OTAN”. Sin embargo, “Putin lo desoyó para lograr una ofensiva que no estaba yendo bien”, resalta Kaiser.
Ante ese escenario, “la respuesta -de la OTAN y EE.UU- fue intensificar la ayuda (a Ucrania)”, incluyendo ahora los misiles de largo alcance estadounidenses (ATACMS), agrega.
“Lo vimos desde los últimos paquetes que autorizó Estados Unidos y los paquetes que enviaron los países europeos, los que ya habían enviado misiles de mediano alcance, los que son relativamente parecidos en desempeño con respecto a los que aprobó ahora EE.UU”, detalla.
En ese sentido, especifica que “la única diferencia es que (los primeros) son lanzados desde un avión, y los ATACMS son lanzados desde un sistema terrestre, que ya lo tiene Ucrania pero que había sido limitado a 180 kilómetros y a no atacar posiciones que estuvieran en territorio ruso”.
“Ese paradigma cambió, y más encima le autorizan a ocupar los de 300 kilómetros que son los de más alcance. No hay un sistema que los pueda detener ya que son misiles bastante avanzados“, subraya el académico.
“Esperemos que no se cumplan” las amenazas de Putin
En cuanto a las amenazas esgrimidas por el presidente de Rusia en el pasado, Kaiser hizo hincapié en que “claramente ninguna de las amenazas de Putin se ha cumplido”.
De esa manera, “esperemos que no se cumplan (ahora), porque él siempre dice que cuando esté en peligro la integridad de Rusia, él va a usar el arsenal nuclear“.
Sin embargo, “eso lo viene anunciando desde el principio. Incluso, Ucrania invadió territorio ruso -en Kursk- que hoy día ocupa y no ha hecho uso de estas armas. Esto es parte del juego del cuento del lobo, el problema es que sí podría pasar que lo ocupe, pero ahí está el soporte de la OTAN“.
“Una posible III Guerra Mundial”
Pese a lo anterior, el experto en estrategias militares no se cierra a un escenario en el que el jefe del Kremlin cumpla sus amenazas. La condición para que diera una posible III Guerra Mundial -según explica- sería que Rusia ejecute sus advertencias y ocupe armas nucleares contra Ucrania, cuyas consecuencias serían catastróficas.
“Una guerra nuclear en Ucrania no afecta solamente Ucrania. Geográficamente están todos los países. Recordemos que cuando explotó la planta de Chernobyl, que está ahí al lado, hubo días en los que hasta Inglaterra -ubicada a más de 2.700 kilómetros- se vio afectada, tuvieron que cancelar las clases y a la gente le dijeron que no saliera a la calle”, advierte.
Por ello, “cuando hablamos de la posibilidad de usar un arma nuclear, aunque sea táctica, eso va a afectar a Europa completa y la OTAN lo puede considerar como un ataque, lo que puede desencadenar efectivamente en una III Guerra Mundial“, precisa.
“Los países de la OTAN están haciendo presión, además, para que Rusia no libere todos los efectivos y medios que tiene desplegados en su flanco occidental con la OTAN. Putin tiene mucho personal y armamento inmovilizado porque están frente a los países bálticos”, reconoció Kaiser.
Por lo anterior, “no está tan simple la cosa de llegar y utilizar armas nucleares, y el problema es que cuando uno aprieta el botón, sabe cómo empieza pero no sabe cómo va a terminar“, sostuvo el académico.