“Los dos representantes han conversado sobre las relaciones militares entre Estados Unidos y la República Popular China y cuestiones de seguridad regional y mundial”, indicó en un comunicado el portavoz de Austin, Patrick Ryder.
La llamada, que se extendió por algo más de una hora, busca mejorar la comunicación entre las fuerzas armadas de estas dos superpotencias y reducir las tensiones en el Indo-Pacífico.
En este sentido, el Pentágono puso el foco en la “libertad de navegación”, que viene “garantizada por el Derecho Internacional”, especialmente en el mar de China Meridional.
Estados Unidos también puso sobre la mesa la guerra en Ucrania y las “recientes provocaciones” de Corea del Norte.
Asimismo, el jefe del Pentágono reiteró su apoyo al principio de “una sola China” que significa que el único Gobierno chino al que reconoce Washington es el que tiene sede en Pekín, lo que le aleja de las aspiraciones independentistas de Taiwán.
A cambio de reconocer ese principio, sin embargo, Estados Unidos firmó el Acta de Relaciones de Taiwán de 1979, que compromete al país con la defensa de Taiwán, aunque no deja claro si la potencia intervendría en caso de ataque chino en una política conocida como “ambigüedad estratégica”.
Se trata del último esfuerzo en aras de restaurar los lazos desde que el presidente de China, Xi Jinping, acordara el pasado noviembre retomar el diálogo en materia militar, que estaba roto después de que la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, visitara Taiwán en 2022.
Está previsto que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, visite China en las próximas semanas.