“Una de las cosas que me molesta más es que cuando entras a la Asamblea General de las Naciones Unidas ves los colores LGBT en escalones y otros lugares”, declaró el jefe del Estado a los medios turcos, tras su participación en la cita.
La homosexualidad no es un delito en Turquía, pero la hostilidad hacia ella es generalizada y la represión policial contra los desfiles del orgullo gay se ha vuelto más dura con los años.
“¿Cuántos LGBT hay en el mundo ahora mismo? Por mucho derecho que tengan a esos escalones, los que están en contra de LGBT también tienen el mismo derecho”, dijo Erdogan, quien varias veces ha etiquetado a los miembros de la comunidad como “desviados”.
Asimismo, sostuvo que “hay intentos de debilitar a la familia a través de movimientos perversos para hacer colapsar a la sociedad”.
La alianza electoral con la que Erdogan y su partido, el islamista AKP, ganaron las elecciones presidenciales y parlamentarias de este año, tenía en su programa electoral la clausura de las organizaciones LGBT y garantizar en la Constitución la protección de la “institución familiar”.