La Organización Mundial de la Salud (OMS) carece de poder financiero y ejecutivo para responder a pandemias como la actual, advirtieron hoy las copresidentas del panel independiente que investiga la respuesta global a la COVID-19, en la que China también recibió críticas.
La expresidenta liberiana Ellen Johnson Sirleaf y la exprimera ministra neozelandesa Hellen Clark, que lideran el panel, señalaron en rueda de prensa previa a su intervención en el Comité Ejecutivo de la OMS que es necesario reformar el funcionamiento de esa agencia para evitar que la actual crisis sanitaria se repita.
“La OMS no tiene potestad para ordenar nada o para investigar. Cuando surge una amenaza todo lo que puede hacer es preguntar y esperar ser invitada, y nos preguntamos si esto es suficiente”, subrayó Johnson Sirleaf, galardonada hace diez años con el Nobel de la Paz.
Sin recursos
Cuando surgen pandemias como la que ha causado la COVID-19 “se busca que la OMS lidere y coordine, pero no está equipada con la autoridad ni con los fondos necesarios para hacerlo”, afirmó, recordando que informes anteriores a la aparición del coronavirus ya advirtieron sobre un mundo no preparado para futuras pandemias.
Clark y Johnson Sirleaf presentarán hoy en el Comité Ejecutivo de la OMS el informe preliminar del panel, aunque el texto definitivo se publicará en mayo, con ocasión de la asamblea general del organismo que lidera el director general Tedros Adhanom Ghebreyesus.
El informe también denuncia que “las autoridades sanitarias locales y nacionales de China podrían haber aplicado medidas de salud pública más contundentes en enero”.
“Las autoridades municipales de Wuhan (la ciudad china donde se identificaron los primeros contagios) hizo públicos 27 casos de una ‘neumonía desconocida’ el 31 de diciembre, con un retraso de una semana desde que fueran identificados”, y no se dictaron confinamientos hasta semanas después, el 23 de enero, recordó Clark.
El documento destaca asimismo que la OMS no declaró una emergencia internacional hasta el 30 de enero, y no consideró oficialmente la crisis una pandemia hasta el 11 de marzo, cuando ya había 118.000 casos en todo el mundo y habían muerto 4.000 personas.
“Pasó un mes desde que la alarma saltó en Wuhan hasta que la comunidad internacional reaccionó, e incluso entonces en muchos países la emergencia no fue lo suficientemente enérgica, por lo que la COVID-19 se siguió expandiendo”, lamentó Clark.
Presencia latinoamericana
El panel de investigación, creado con el beneplácito de la OMS pero independiente de ese organismo, está formado por trece expertos, entre ellos el expresidente mexicano Ernesto Zedillo y el exministro de Hacienda colombiano Mauricio Cárdenas.
Clark subrayó que en sus cuatro meses de trabajo el panel ha entrevistado a más de un centenar de personas ligadas a la respuesta a la pandemia en diferentes países, y ha consultado informes de medios de comunicación, academias, instituciones de la sociedad civil y gobiernos.
Johnson Sirleaf afirmó que el objetivo del panel no es “repartir culpas, sino aconsejar para ver lo que puede mejorarse, y hacer recomendaciones concretas para que el mundo responda a futuras pandemias más rápido y mejor”.
“Es el momento de que los países inviertan en cambio real, en preparación para las pandemias, y los seis billones de dólares que costó la crisis el pasado año son argumento suficiente”, aseguró la africana.
La OMS accedió en su última asamblea anual, en mayo de 2020, a que se creara un panel independiente para investigar los posibles fallos en la respuesta a la pandemia de COVID-19, después de que algunos países, especialmente EEUU y Australia, criticaran su lentitud en las primeras semanas y excesiva aquiescencia con China.