Más de 1,3 millones de personas han muerto en el mundo por el covid-19, que obligó este sábado a varios países europeos a anunciar que volverán a cerrar escuelas, al igual que en Nueva York.
Al menos 1.305.039 muertes, de 53,4 millones de casos del virus, han sido declaradas en el mundo, según un recuento realizado por la AFP a partir de fuentes oficiales este sábado.
Europa, con 284.000 casos a diario, es la región que registra una progresión más fuerte.
Austria y Grecia anunciaron el sábado que cerrarán escuelas, mientras que el primer ministro francés, Jean Castex, advertía que hay que prepararse para convivir con el virus “largo tiempo”. Pero el cansancio de las poblaciones aumenta.
En Portugal, donde ya impera un toque de queda nocturno, a partir de este fin de semana también se instaura un toque de queda de fin de semana para el 70% de la población.
Unas 500 personas desafiaron las prohibiciones para llevar a cabo una “Marcha por la libertad” en Lisboa.
“La pandemia está ahí, tenemos que protegernos, pero sin matar la economía”, pedía Carla Torres, de 33 años, mientras desfilaba.
En Alemania, donde ya ocurren manifestaciones contra las restricciones desde hace semanas, centenares de personas volvieron a desfilar en Frnkfurt y otras ciudades. La policía tuvo que utilizar cañones de agua para dispersar a algunos manifestantes.
Pacientes en automóvil
La ciudad italiana de Nápoles, donde se han producido protestas, pasó a “zona roja”. Los hospitales están desbordados, y algunos pacientes son directamente atendidos en sus automóviles.
En un clima de angustia, en especial entre sectores como el pequeño comercio, obligado a cerrar puertas en la inmensa mayoría de países europeos, la esperanza pasa por la llegada cuanto antes de una vacuna.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) prevé dar su visto bueno a una primera vacuna contra el nuevo coronavirus “de aquí a finales de año” para una distribución “a partir de enero”, precisó el sábado su director, Guido Rasi.
Mientras Europa aumenta restricciones, América Latina y el Caribe, que acumula casi 42.100 fallecidos y roza los 12 millones de contagios, inició recientemente el levantamiento progresivo de medidas en algunos países, como Chile, que ha anunciado la reapertura de su frontera a extranjeros tras ocho meses de cierre.
El número de contagios en el resto de continentes sigue aumentando, salvo en Oceanía. Pero es sobre todo en Estados Unidos donde la situación es más alarmante: cerca de una de cada cinco muertes ha tenido lugar en este país, el más enlutado del mundo con 244.364 muertos de más de 10,7 millones de casos.
En Nueva York, la ciudad estadounidense más afectada durante la primavera boreal, el número de test positivos -que permaneció un tiempo cerca del 1%- aumenta ahora diariamente y el viernes superó, por primera vez, el umbral crítico del 3%.
El alcalde Bill de Blasio, que a finales de septiembre reabrió las escuelas públicas siguiendo un modelo semipresencial, instó a los padres de alumnos a “prepararse” para su cierre el lunes.
Sin confinamiento a la vista
Con más de 23.000 muertos registrados en la metrópolis, aún está muy vivo el recuerdo de los camiones morgue y las tiendas erigidas delante de los hospitales en marzo y abril.
“Tendremos que cerrar todo”, advirtió el viernes Michael Mina, epidemiólogo de Harvard. “Y si no cerramos todo o buscamos alguna otra salida, la festividad de Acción de Gracias conducirá a otra explosión masiva de casos”.
El presidente estadounidense, Donald Trump, contrario a los confinamientos, que deciden los gobernadores en cada Estado, insiste que la solución pasa por distribuir cuanto antes las primeras dosis de una vacuna.
Esa distribución, para las personas en situación de riesgo, podría llegar en “cuestión de semanas”, dijo Trump el viernes.
En medio del optimismo por las noticias prometedoras de una vacuna contra el covid-19, la desconfianza de la población hacia la inmunización podría socavar el producto más eficaz, advirtió la división de inmunización de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Tras el anuncio de Pfizer y BioNTech del desarrollo de una vacuna “eficaz en un 90%”, queda por saber si los países pobres tendrán acceso al producto. El director de la OMS llamó a que cualquier “avance científico” beneficie a todos los países rápidamente.