Azerbaiyán juró este sábado vengar la muerte de trece civiles en un bombardeo nocturno en una zona residencial en Ganyá, la segunda ciudad del país, un ataque que marca una escalada en el conflicto de Nagorno Karabaj entre azerbaiyanos y separatistas armenios.
Unas horas antes del bombardeo en Ganyá, se registraron ataques azerbaiyanos contra la capital del territorio separatista, Stepanakert, y la ciudad de Chucha, de donde huyeron la mayoría de habitantes desde el inicio de los enfrentamientos, el 27 de septiembre.
El aumento de la violencia pone en evidencia la impotencia de la comunidad internacional para calmar la situación en Nagorno Karabaj, un enclave separatista sumido en un conflicto que implica también a potencias regionales como Rusia y Turquía.
Desde hace una semana, el acuerdo de tregua humanitario negociado bajo los auspicios de Moscú nunca se aplicó. Estados Unidos y Francia insistieron de nuevo el viernes en la necesidad de detener las hostilidades.
Nagorno Karabaj, poblado en su mayoría por armenios cristianos, se separó de Azerbaiyán, país musulmán chiita de habla turca, poco antes de la desintegración de la Unión Soviética en 1991, dando lugar a una guerra que dejó 30.000 muertos en la década de 1990. Desde 1994 rige un alto el fuego interrumpido a menudo por escaramuzas y enfrentamientos.
En Ganyá, numerosas viviendas fueron destruidas por el misil, que cayó hacia las 03:00 horas local. Según el fiscal general, 13 civiles murieron y más de 45 resultaron heridos.
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, aseguró que “vengaría” a los civiles muertos en este ataque. “Vamos a vengarnos en el campo de batalla”, proclamó en un discurso, calificando a su enemigo separatista y a su apoyo, Armenia, respectivamente de “perros” y “fascistas”.
Turquía, principal aliado de Bakú, acusó a Armenia de “crímenes de guerra”. La Unión Europea (UE) lamentó por su parte estos ataques y llamó una vez más a “todas las partes a dejar de atacar a los civiles”.
“En pedazos”
En Ganyá, los vecinos, llorando, escapaban de la zona por la noche, algunos en pijama y pantuflas, constataron periodistas de la AFP.
“Todas las casas de los alrededores fueron destruidas. Mucha gente está bajo los escombros”, lamentó Rubaba Zhafarova, de 65 años, delante de los restos de su casa.
Decenas de rescatistas trataban de encontrar supervivientes entre los escombros. Tras varias horas, un equipo metió en una ambulancia varias bolsas negras para cadáveres, una de ellas con una cabeza y un brazo.
“No podemos identificar a los cuerpos, no sabemos si podremos identificarlos en la morgue. Todos están en pedazos”, contó, horrorizado, Mayil Shakhnazarov, de 36 años.
Ganyá, de más de 300.000 habitantes, ya había sido bombardeada el domingo por un misil que causó diez muertos.
Los separatistas armenios indicaron este sábado por su parte que Ganyá alberga “blancos legítimos”: base aérea, estado mayor de una brigada motorizada, fuerzas especiales, centro de operaciones de la defensa azerbaiyana, almacenes de carburantes y fábricas de municiones.
También acusaron a Azerbaiyán de haber atacado durante la noche infraestructuras civiles de Karabaj, lo que justificó una respuesta.
Según periodistas de la AFP, una explosión sacudió Stepanakert. Un ataque destruyó especialmente una parte del techo de un centro comercial y reventó las ventanas de comercios y de un edificio de viviendas.
“Bestias salvajes”
“Lo que ha pasado es una locura. ¡Cómo la comunidad internacional puede ser tan indiferente!”, se indignó Gayan Gharibian, una armenia de 45 años, que dormía en un sótano.
En el frente, los combates proseguían. El presidente azerbaiyano Aliyev anunció el sábado la conquista de nuevos territorios, en especial Fizuli, “ciudad ocupada por bestias salvajes”.
Esta zona es uno de los siete distritos azerbaiyanos de los que tomaron el control los separatistas en los años 1990 para constituir una zona de protección alrededor de Nagorno Karabaj.
Azerbaiyán logró conquistas territoriales en las últimas tres semanas sin haber obtenido sin embargo ningún triunfo decisivo. Bakú no ha revelado hasta ahora el costo del conflicto, ya que no publica ningún balance de víctimas militares.
Los separatistas afirman haber matados a miles de hombres. Oficialmente han perdido a 700 hombres y la mitad de los 140.000 habitantes fueron desplazados.
Además de una posible crisis humanitaria, la comunidad internacional teme que el conflicto se internacionalice. Turquía apoya a Azerbaiyán y Armenia, que respalda financieramente a los separatistas, forma parte de una alianza militar con Rusia.